En un comunicado, la Universidad explicó que se trata de una cooperación con el centro CIIMAR-Madeira y el Laboratorio de Sistemas y Tecnologías Subacuáticas (LSTS) de la Universidad de Oporto.
Así, en las misiones que se llevaron a cabo se utilizaron tres prototipos Light Autonomous Underwater Vehicle (LAUV), desarrollados por el LSTS y comercializados por la empresa OceanScan.
En este sentido, son vehículos ligeros de fácil despliegue, con una velocidad máxima de 4 nudos, que pueden sumergirse hasta 100 metros y con una autonomía de hasta 48 horas.
Los vehículos se equiparon con diferentes sensores para efectuar tres tipos de misiones básicas: Análisis batimétrico por medio de ecosondeo; Localización de objetos empleando sónar y cámaras; y Planificación de trayectorias en presencia de fuertes corrientes para el muestreo de variables oceanográficas.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Con todo, el objetivo es aplicar técnicas de inteligencia artificial para conseguir que estos y otros vehículos, particularmente los gliders oceánicos, con los que es posible abordar misiones de mucha mayor duración, incrementen sus capacidades operativas.
A largo plazo, la meta es conseguir vehículos que sean capaces de tomar sus propias decisiones con vistas a maximizar la calidad de los datos suministrados a partir de un objetivo de alto nivel proporcionado por el usuario.