Vecinos de Usera (Madrid) afirman que la familia rumana que vive en el domicilio no tiene nada que ver con el detenido

EUROPA PRESS 29/08/2011 10:28

Vecinos del madrileño barrio de Usera han asegurado este lunes que los ciudadanos rumanos que viven en el domicilio donde la semana pasada fue detenido un joven por haber encerrado durante dos días a su novia, no tienen nada que ver con los hechos ya que se "encontraban de vacaciones".

En declaraciones a los medios, un vecino del portal de enfrente y compatriota del detenido, Mircea Savin, ha explicado que los residentes no tienen nada que ver con los hechos de la semana pasada. El detenido, Mihai, que se encontraba de vacaciones en Madrid con su novia, aprovechó que los inquilinos estaban fuera del domicilio para encerrar a la chica, menor de edad, obligándola a tomar agua con sal cada quince minutos con el objetivo de que ella cediera a sus presiones para que se prostituyera y así pagar los costes de su viaje a Madrid.

Mircea ha asegurado que la familia que habita el domicilio situado en la calle Isabel Fornieles, se encontraba "de vacaciones en Benidorm" y ha detallado que son "muy tranquilitos y no han tenido nunca problemas". Asimismo, ha explicado que al chico detenido no le conoce y que "no había escuchado nada" los días en que la joven estuvo encerrada.

Los hechos ocurrieron la semana pasada, cuando una menor de 17 años se personó en la comisaría de Coslada y explicó a los agentes que había conseguido escapar de una vivienda donde había estado encerrada varios días. Inmediatamente fue trasladada hasta un centro hospitalario donde fue atendida de varios hematomas y contusiones, y permaneció ingresada por un colapso de los riñones.

Una vez dada de alta, la joven relató a los agentes que había viajado de Rumanía a España de vacaciones hacía pocos días en compañía de su novio con el que llevaba saliendo unos tres meses. Ya en la capital, la pareja realizó varias visitas por la ciudad sin ningún problema pero, al tercer día, su novio le dijo que debía prostituirse para saldar la deuda que había contraído debido al viaje.

Ante la negativa de la chica, su pareja la agredió y la encerró en una vivienda situada en el barrio de Usera. Como "castigo" y hasta que accediera a prostituirse, debía beber un vaso de agua con sal cada quince minutos, sin ingerir ningún otro alimento. Dos días después, y en un momento en el que el presunto agresor se ausentó del domicilio, la chica consiguió escapar y pedir ayuda a una pareja que transitaba por la calle y que la trasladó hasta dependencias policiales.

DETENCIÓN EN POCAS HORAS

Con la información obtenida, los investigadores consiguieron ubicar el domicilio donde había estado recluida la menor y establecieron el correspondiente dispositivo para localizar a su pareja. Pocas horas después, Mihai era detenido.

Tras la operación los agentes comprobaron que el arrestado había proporcionado a la menor documentación falsa como mayor de edad, dado que la familia de ella no había otorgado el permiso escrito que las autoridades rumanas exigen a los menores de edad para poder abandonar el territorio nacional.