Según ha explicado Ricardo Cores, de 50 años de edad, él y su hermana han vivido en esa casa, en el Calexón do Viso, desde que nacieron, y siempre han pagado los recibos del alquiler de la vivienda, de renta antigua, así como las facturas de luz, el agua y otros gastos.
Este vigués ha denunciado que, entre otras irregularidades, los anteriores propietarios "consintieron" que el contrato de arrendamiento de la casa estuviera a nombre de una persona fallecida, y "no quisieron regularizar" la situación a pesar de habérselo pedido.
En 2006, la dueña vendió la casa a Inversiones Playamar y, desde que comunicó este cambio a los inquilinos, éstos han intentado pagar la renta de la vivienda a esta empresa, mediante giros postales. "Sin embargo, nunca los aceptaron, siempre vienen rehusados y no han dado una explicación", ha apuntado Ricardo Cores.
El problema de estos dos hermanos se inició cuando la nueva propietaria los denunció por impago. Así, se han celebrado dos juicios ordinarios y dos vistas de apelación, la primera a favor de los inquilinos y la otra en contra; mientras, ambos están a la espera de que se les asigne un abogado de oficio para poder recurrir la última sentencia y evitar el desahucio.
Cores ha lamentado esta "injusticia" y ha apuntado que tanto él como su hermana tienen una situación económica precaria, ya que son perceptores de una pequeña ayuda por estar aquejados por sendas minusvalías, por lo que no tendrían dónde vivir si son obligados a abandonar su casa.