Francisco Cuenca tiene 61 años y lleva tres meses viviendo en el cuarto de contadores de un edificio del EVHA, Entidad valenciana de Vivienda y Suelo. Dice que “está enfermo y no puede más”. Por eso ruega que le den una vivienda social: “Si no me ayudan me veré obligado a okupar una casa”.
Francisco duerme sobre un colchón. Apenas tiene nada más en esa pequeña sala de contadores de la calle Sueca de Alzira. “Paso mucho frío pero no estoy en la calle”. En el registro del EVHA aparece como pareja de una mujer, adjudicataria de un piso de dicho edificio de la calle Sueca. Él dice que la mujer lo tenía “acogido” pero ya no.
El único ingreso de este hombre son 380 euros de una pensión de invalidez. Dice en que en los últimos meses, en ese edificio se han rehabilitado varios pisos pero “alegan que como no tengo pareja ni hijos a mi cargo, no me lo pueden dar”.
Estos días tiene una cita con el alcalde de Alzira, Diego Gómez, que según cuenta Francisco le ha ayudado otras veces. Envió una carta al EVHA recomendando que le dieran una alquiler social y recordando los servicios que de forma desinteresada ha prestado siempre a la comunidad.
Él insiste en que tiene derecho a una vivienda social. Asegura que su situación es muy “injusta” y que si no le ayudan terminará de “okupa” y que “sea lo que Dios quiera”.