El modus operandi es el siguiente: Les ofrecen cantidades ingentes por su máquina, les piden el número de serie y es entonces cuando les comunican que tienen un modelo único muy valioso y que les van a pagar el dinero prometido.
Pero es entonces cuando preguntan si tiene el certificado de autenticidad, y por supuesto, nadie lo tiene. Entonces, es él quien se ofrece a expedirlo por un módico precio, entre 300 y 1000 euros.
¿Y quién no va a pagar esa cantidad irrisoria para luego embolsarse más de 90.000 euros? Por eso han picado decenas de personas, y algunas se han endeudado pidiendo un préstamo para pagar el ficticio papel.
Una vez cobran, desaparecen y la máquina vuelve al desván. Y saben a por quien ir. Jóvenes que quieren mejorar su situación económica creyendo que tienen un tesoro lleno de polvo que heredaron hace años o peronas mayores, las más vulnerables, que caen en la trampa inmediatamente.
Hace dos años una llamada emitida en la Televisión de Guadalajara destapaba la trama. Dos detenidos en plena calle en el centro de la ciudad acababa con el timo en ese lugar.
Ahora, vuelven a la carga. Y no son los mismos, son réplicas de estafadores que se han reproducido por todo el panorama nacional.
Carteles y octavillas por las calles anuncian que siguen a la zaga de nuevas víctimas; la red se inunda de ofertas desorbitadas por las viejas máquinas...y ahora sobre todo están actuando en el madrileño barrio de Salamanca y en Almería...la única forma de pararlos es denunciar. Así que si ven estos anuncios, no lo duden.
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