"Som Alimentació", el supermercado colaborativo de Valencia: productos de cercanía con los que ganan agricultores y socios

  • Estos comercios se establecen con el objetivo de asociarse para autoabastecerse y establecer un comercio directo con proveedores, productores y clientes

  • Para ser socio hay que pagar una cuota de ocho euros o trabajar cuatro horas al mes para obtener un descuento de un 20% en sus compras

  • Los consumidores compran menos en los súper por culpa de los precios

En el barrio valenciano de La Zaidia está "Som Alimentació", uno de los veinte supermercados colaborativos que hay en España. Estos comercios se establecen con el objetivo de asociarse para autoabastecerse y establecer un comercio directo con proveedores y productores.

Entrando a este supermercado encontramos a Maribel y Paqui, aseguran que vienen una vez por semana por la proximidad y calidad de los productos. “Es como entrar y coger el producto natural en la huerta, se nota mucho la diferencia”, explican.

Una vez dentro del local encuentras alimentos con la tierra pegada, recién traídos por los propios agricultores esta misma mañana, sin rastro de productos químicos. "No tenemos ánimo de lucro por lo que los márgenes se ajustan todo lo posible, los agricultores perciben hasta un 200% más que lo que perciben en grandes cadenas de distribución y los consumidores no pagan un precio similar al de una gran superficie", Fernando Navalón, socio propietario. 

Pagar una cuota o trabajar para ser socio

Para ser socio hay que pagar una cuota de ocho euros o trabajar cuatro horas al mes para obtener un descuento de un 20% en sus compras.

 Silvia es socia trabajadora, conoce a los clientes por su nombre y destaca que los productos son de aquí. "La contaminación de traer productos del otro lado del mundo y la conservación se hacen innecesarias. Los kiwis vienen de Asturias, no de Nueva Zelanda, los aguacates se riegan con agua que viene del río a la huerta y las naranjas me las acaba de traer un agricultor con las manos llenas de tierra de venir del campo”. 

Entre la clientela se alternan los clientes habituales, socios y curiosos, María es la primera vez que entra. “Las frutas y verduras y los productos a granel me han encantado, es la primera vez que vengo pero repetiré y pagaré la cuota para tener descuento”. Asegura esta nueva clienta.

Por el momento, son seiscientos socios y con este tipo de comercio buscan acercarse a la tierra, las raíces y mejorar la salud y la economía de la comunidad.

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