Llácer, su carta de despedida

"¿Sabéis cuando deseas que algo llegue y que cuando llega no tienes ganas de que se acabe? Pues eso. Empiezo..."

"Un día te encuentras delante de una academia que ya conocías pero que huele a nuevo. Con 16 concursantes a los que no conoces de nada, y a los que tienes que enseñar todo lo que sabes. Has elegido a los mejores profesores, con los que compartirás cuatro meses de tu vida y tienes por delante un reto de la hostia".

"De pronto, comienzas a plantearte si lo estás haciendo bien o mal, y si lo que les enseñas a tus alumnos y el cariño que les estás cogiendo, les servirá en el futuro. Lo pasas bien, mal, sufres, ríes, lloras, disfrutas, te emocionas, te cabreas, te recabreas después de las galas... Pero al final, cuando cada día te metes en la cama, cierras los ojos, rebobinas y ves que ha merecido la pena, que tus alumnos día a día han ido dejando de ser alumnos para convertirse en profesionales, que es lo que ahora son".

"En serio... Bueno, sé que muchos no me toman en serio después de haberme visto disfrazado de calamar, o de conejito, y después de leer cartas de amor a un miembro del jurado. Pero siempre me he tomado la vida con sentido del humor, y eso es lo que he intentado transmitir en esta Academia".

"Me gustaría agradecer a todo el equipo de OT por haber confiado en mí y haberme otorgado tanta responsabilidad en esta edición. Sin el buen trato que he recibido de todos los que están a mi alrededor, os aseguro que no hubiera aguantado tantos y tantos días de trabajo".

"En especial, me gustaría mandar un abrazo muy fuerte a todos los que hacemos el chat los martes. A todos los que nos dejamos seducir cada martes por la incesante genialidad de nuestra directora (...) Y a todos los que mandáis los mensajes, que sin vosotros esto no hubiera existido nunca".

"Me estaría horas contando todo lo flipante que ha sido esto, y no voy a llorar aunque tengo ganas. Muchas gracias a todos. Voy a acabar estos chat 2008 como empecé con una sonrisa".