Tímida, silenciosa, enigmática y más bajita de lo que parecía

Vestida con un vaquero ajustado y una camiseta morada hasta la cintura, Virginia ha llegado a nuestros estudios cargada con una bolsa llena de ropa y pegada al teléfono móvil, atendiendo a una entrevista en directo para la radio. "Al final me han preguntado que si tenía el corazón ocupado y les he dicho que no".

Desde que terminó el concurso la semana pasada, Virginia no tiene ni un minuto libre, según nos ha dicho su representante. "Tiene una entrevista a menos cuarto, otra en punto y otra a media, o sea que si queréis hablar con ella, hacedlo ya". Dicho y hecho. La ganadora de OT nos ha recibido con mucha naturalidad, pero siempre envuelta en ese halo misterioso que ha cautivado a millones de espectadores.

De cerca, sólo puedes fijarte en sus ojos. Grandes, increíblemente azules y abiertos de par en par, como si permanentemente estuvieran mirando algo alucinante. Acertaron en el programa al comparala con la cantante Janette, que tiene su misma mirada. Virginia tiene una piel perfecta y muy blanca, como la Nicole Kidman o Winona Ryder y sonríe permanentemente. Todavía no ha asimilado el profundo efecto que ha causado en el público. "Estoy agradecida por todo el apoyo que me han dado", un apoyo externo que le ha faltado dentro de la academia. Ahora que está fuera, todavía no visto ni oído ninguno de los comentarios que sus compañeros han hecho sobre ella en distintos programas de televisión, aunque poco le importa. "No tengo nada que decir sobre eso. Cada uno que diga lo que quiera, yo estoy aquí para trabajar y hacer música, lo demás no me interesa".

"No eché en falta ningún abrazo"

Virginia mantiene su independencia y no parece estar afectada por el vacío que le hicieron sus compañeros en la última gala. "Yo no eché en falta el abrazo de nadie. Abracé primero a Mónica Naranjo y luego a mis padres. Todo fue muy rápido". Realmente da la impresión de que no le importa lo que digan los demás. Quizá sea esa su gran fortaleza, su individualidad. Éste es su momento y nada ni nadie se lo va a estropear.

Sobre Risto ha hablado poco. Es muy parca en palabras, por eso siempre te queda la duda de si está ocultando algo tras sus ojos mágicos. Con voz suave, casi imperceptible, nos ha contado que Risto la felicitó en persona después de la gala, pero su encuentro apenas duró "dos segundos". "La relación entre Risto y yo es profesional, le agradezco mucho el apoyo que me ha dado".

Virginia está feliz y expectante. Firma autógrafos y responde a las preguntas de la prensa sin ningún titubeo. Entusiasmada por la gira espera comenzar pronto con los trámites de su futuro disco, del que, de momento, nada se sabe. "Quiero compensar con mi música a todos los que han creído en mí".