Elías tiene una semana para limar tranquilo pose y cuerdas. Tras siete días al borde del abismo, varias carambolas le han dejado a salvo. Abrazado a Púa tras saberse dentro, el triunfito número 16 no ha acertado más que a sonreír.Lo mismo que Púa, que sin embargo tenía tatuada en la comisura de la sonrisa la decepción misma. El joven, del que Risto había dicho que "le caia bien" pero que corría el riesgo de no brillar por sí mismo, se ha tomado el veredicto con la mejor deportividad posible.
"No me lo esperaba, pero Elías también se lo merece", ha declarado Púa más tarde, mientras Jesús le animaba diciéndole que estaba seguro de que iba "a hacer carrera fuera" y él pedía paso para agradecer al jurado sus palabras de apoyo y pedir a sus compañeros que siguiesen adelante con ilusión.
La tercera en discordia ha sido Patty. Con ella sí que los peores presagios se han cumplido. Sólo el 7% de los hogares han marcado su número, convirtiéndola en la primera de los dos expulsados de la noche.
Con su salida han llegado las primeras lágrimas de esta séptima edición de OT sobre el escenario. "Lo intuía, pero siempre te quedan dudas", ha dicho, resignada, antes de abrazar a sus compañeros.
También ha agradecido los consejos que Coco Comín le ha dedicado, que la describían como "una gran ejecutora", pero "sin brillo propio". "La observación ha sido muy positiva y muy constructiva para mi, gracias Coco", ha respondido.
La madrileña de 26 años, amante de la música latina, ha asegurado que esta expulsión la abre sin embargo "muchos caminos", los que ya recorría como corista e integrante de musicales. Como en el caso de Púa, tendrán que ser ya seguro fuera de las aulas de OT.