Van aprendiendo a trabajar solos
Para Àngel Llàcer lo más destacable de este fin de semana es que los chicos empiezan a aprender a trabajar solos, siendo cada vez menos dependientes de la ayuda de los profesores para sacar adelante sus temas. Tras el pre-pase de micros del viernes, el director de la academia les advirtió que no se podían dormir en los laureles, ya que se observó un nivel de acabado en las actuaciones menor que el de las últimas semanas. Letras aún no aprendidas, interpretaciones poco claras y algunas dudas e inseguridades en lo vocal hacían temer que la séptima gala no se apreciara un progreso sino más bien el estancamiento o incluso retroceso en la mayoría de los alumnos.
Afortunadamente el domingo se cambiaron las tornas y el director les felicitó por haber trabajado bien durante el día y medio que resta entre el pase de micros de ese día y el examen anterior. Y eso que el sábado por la noche los concursantes consiguieron que les pusieran el Festival de Eurovisión, perfecto ejemplo de hacia donde no deberían encaminar sus carreras. A pesar de que el progreso habido entre ambas pruebas es evidente, el derroche de buenas palabras de ayer tuvo algo de excesivo. Parece que los profesores empiezan a aflojar las críticas, mostrándose ahora más complacientes con sus alumnos.
Dicen algunos psicólogos que cada crítica se restaña con cuatro elogios, y algo de esto puede ser lo que motiva a los profesores para suavizar su opinión sobre el resultado de las actuaciones, bajando el nivel crítico que han mantenido durante las primeras semanas de programa. Parece como si quisieran de ese modo compensar las críticas del jurado, o quizá sea que nos están empezando a vender el producto de su propio trabajo, dado que tenemos el final del periodo docente cada vez más cerca. En definitiva, esto se trata de acercar la posibilidad de que los concursantes tengan una carrera musical, algo difícil hoy en día según está esa industria. Está claro que si los propios responsables no transmiten una cierta imagen de confianza en que eso sea posible mucho menos probable es que lo terminen asumiendo las mentes pensantes de las casas discográficas.
Quien mayores elogios se llevó por parte de los profesores fue Manu Castellano, que tenía esta semana la complicada tarea de hacer olvidar la interpretación que del mismo tema hiciera David Bisbal, el mayor triunfador que ha pasado nunca por esta academia. Pues bien, parece que ha pasado la prueba con buena nota, a pesar de que esté lejos de proyectar la fuerza y la entrega que pone en todo lo que hace el cantante almeriense. Castellano conquistó ayer a su tocayo Guix, y también a un Llàcer que se deshizo en alabanzas hacia su actuación en el pase de micros. 1 Elogios hacia Manu
A estas alturas, el que los profesores enfaticen su juicio positivamente hacia algún concursante parece que no termina de sentar bien a otros. Algo de esto sucedió ayer, ya que durante la merienda se pudo ver a Iván descontento y temeroso ante una posible tercera nominación. No es temor muy fundado, ya que el dúo que protagoniza con Pablo será uno de los platos fuertes de la gala, y hasta se diría que vocalmente estuvo mejor Iván que su compañero. El 'efecto Pablo' se confirma esta semana, ya que ha preparado unos arreglos que les permitirán brillar, y además la actitud de ambos es inmejorable, transmitiendo entusiasmo y alegría a raudales. Se les ve cómodos y felices, tanto en el escenario como fuera del mismo, como le señalaba con acierto el director a Iván, al que se le ve ahora otra cara, o así había sido hasta ese momento al menos, dado que tras el pase de micros volvía a mostrarse tan protestón y temeroso como nos tenía acostumbrados.
La amabilidad de los profesores estuvo patente también con los nominados, especialmente con un Reke que nunca ha sido demasiado bien considerado y del que ayer Llàcer señalaba lo mucho que había cambiado, aunque hasta en el elogio se deslizaba un juicio con bastante de negativo. Le decía el director que: "Entraste en la academia siendo un hortera y ahora eres otro, en los gestos, en la forma de cantar, en todo.", lo cual provocaba la pregunta de Reke sobre cómo es que le habían seleccionado, siendo tan malo en un principio como estaba pintando Àngel. Por otro lado, aVirginia se la ve más segura que nunca, aunque siga estando en el lado más débil (lado cada vez menos habitado). La diferencia de todos los demás con esta concursante puede hacer que sólo se salve gracias al apabullante apoyo que tiene en buena parte de la audiencia.
Noelia y Chipper no lo dan todo esta semana
Con menos entusiasmo recibieron los profesores las propuestas de Noelia y Chipper. Este último ha sido desde el principio el concursante menos cuestionado, a pesar de que su corrección se ve acompañada con frecuencia de un tono algo aburrido. El viernes se preocupaban por él, preguntándole si se encontraba bien, y días antes ya habían comentado en la reunión de profesores que debían evitar el desánimo en este concursante, dado que esa podía ser la razón que le terminara animando a marchándose de la academia al considerar que ya no le podía aportar nada más. Una nominación no le vendría mal a Chipper, sólo fuera para hacerle reaccionar y provocar que se esfuerce más en adelante. 2
Noelia empezó la semana con mal pie , protestando por el hecho de que alguno de sus compañeros no haya tenido que cantar aún en inglés y a ella le toque cada semana, pero no es el idioma su mayor obstáculo esta semana, ya que ayer desafinó durante casi toda la canción, y además no logró el color que ese tema reclama. Su actuación resulta plana en lo vocal aunque correcta en cuanto a interpretación, y de no mejorar puede ser una de las próximas nominadas. Sandra, por su parte, se mete tanto en su tema que firma una actuación algo afectada, según los profesores porque exagera demasiado y según ella misma porque la canción le gusta tanto que se emociona y canta con un nudo en la garganta. No puede preguntar en este caso aquello de "¿y tú que le sacas a la canción?", que tanto han insistido en imitar Miriam, Llàcer y los demás profesores durante este fin de semana. 3
Anabel resuelve sin problemas su tema, a pesar de no brillar en exceso, si bien habrá que verla en el ensayo con el cuerpo de baile, donde tendrá opciones para mejorar, consiguiendo el objetivo de encandilar al público con su arte. Parece que será de nuevo Tania S. quien cierre la próxima gala, esta vez junto a Mimi, a la que logra dejar atrás en todos los aspectos. La progresión de Tania es todo un paradigma de lo que representa este programa, ya que demuestra la posibilidad de transformar completamente a una joven a quien le gusta cantar pero carece de formación alguna en una clara aspirante a artista. La prueba tenía en su caso la dificultad añadida de sus problemas con la expresión corporal y sus modales poco femeninos, y en eso también podemos ver ahora a otra Tania bien distinta.
La visita de Vanesa Martín y el cumpleaños de Leslie
Un regalo tenían preparado ayer para Tania y Mimi, especialmente para esta última que cumplirá años mañana. Tras el pase de micros apareció en la academia Vanesa Martín, que se mostró encantada de que cantasen un tema suyo, contando lo mucho que se había sorprendido no solamente por esto sino por lo mucho y bien que ambas alumnas han hablado de ella. Vanesa merendó con los alumnos, no sin cantar antes el tema 'El tren de la cordura' perteneciente a su álbum 'Agua'. Todo un detalle que agradecieron especialmente Anabel, Tania y Mimi, esta última con lágrimas en los ojos.
Y al rato les reclamaron de nuevo en el comedor, donde aparecieron el omnipresente Llàcer, Manzo y Amelia. Los chicos pensaban que les iban a hacer un regalo (¿otro más?), dado que llevaban las manos tras la espalda. A ellos se unió entonces Leslie Feliciano, con una botella de cava en la mano y descubriendo que los profesores sujetaban ocultas las copas. Tocaba celebrar el cumpleaños del profesor de 'presencia escénica', que se interesó por conocer algo más a sus alumnos, de igual forma que hacían estos con este americano de Brooklyn y padres puertorriqueños, que ha trabajado en Los Ángeles mucho más que en nuestro país. Por un momento se pudo pensar que intentaban emborracharles, y bien que insistieron en abrir más botellas, pero no fue así y el día acabó como de costumbre, con Pablo y la única compañía del piano, aunque quién sabe si también le acompañaban las musas de la inspiración. Lo que tocaba era bonito, y más tarde se puso a escribir, igual que hizo el Metrónomo.