Los números, habitualmente fríos, expresan en esta ocasión la intensidad de la paliza infligida por Nadal a uno de sus mejores amigos en el circuito, al que solo le dejó anotarse dos juegos en todo el partido.
Tras el 2-2 inicial en el primer set, el balear borró de la pista a su rival con una espectacular racha de 16 juegos consecutivos, dos 'roscos' incluidos. Los gestos de desesperación de Mónaco, número 15 del ranking mundial, mostraban claramente le impotencia que le atenazaba sobre la arcilla parisina.
De esta forma, los errores del argentino y los aciertos del español se encadenaron sin remisión, en un guión similar al de la final de la pasada Copa Davis, cuando el marcador reflejó un marcador bastante similar (6-1, 6-1, 6-2). Los sets duraban cada vez menos, acortados al mismo ritmo que la ilusión del argentino: 43, 34 y 29 minutos.
En contraste con las dudas mostradas en octavos por Novak Djokovic y Roger Federer, Nadal mantiene su velocidad de crucero y accede a cuartos tras ceder tan solo once juegos en todo el torneo. Su siguiente rival será Nico Almagro, que también llega sin perder ni un set tras deshacerse de Janko Tipsarevic por un triple 6-4.