Mucho se ha hablado del testamento de Sara Montiel y de lo que podrían recibir sus hijos, Zeus y Thais, de la herencia. En ‘Sálvame’ ha tomado la palabra Francisco Fernández, quien fuera administrador de la cantante durante años. Sin embargo, sucedió algo entre ellos, Sara le reclamaba dinero, acudió a los tribunales y cambió de administrador.
Francisco trabajó con ella hasta el año 2009 y explicaba que en el último testamento del que él sabe “sus hijos no salían muy beneficiados porque no eran los únicos (…) Tenían la parte de la legítima pero no tan bien como ellos supongo, habrían creído”. Es más, a su juicio la herencia no era muy cuantiosa: “sí, creo que había poco”, Francisco explicaba que tras el 2009 “tengo entendido que vendió cuatro o cinco pisos”.
A preguntas de los colaboradores, Francisco explicaba que el patrimonio de Sara eran 7 pisos o apartamentos sumado al valor de joyas y cuadros que tenía y aproximaba una cifra: “4 millones, 5 millones…”
El problema, según Francisco era el gasto que él creía “desmesurado” y que cifraba en “más de 15.000 euros al mes”. Afirmaba que entregaba a Sara semanalmente entre 2.000 y 3.000 euros: “ese era el problema de la liquidez”.
“¿Te vas o te echaron?”, le preguntaban entonces pero Francisco matizaba: “ella pone una querella por 200.000 euros y luego va contando que son 15 millones”. Antes de que esto sucediera, Francisco se consideraba amigo de Sara y hablaba también de un poder: “ella me otorgó un poder de ‘autotutela’ por si intentaban incapacitarla”.
También hablaba de la relación de Sara con sus hijos. Él la calificaba como “fría”, “distante” y daba detalles: “he vivido escenas en las que se decían cosas que creo que no se deben decir en una familia, tanto por una parte como por otra". Según Francisco, entre ellos había “insultos de los más graves” en los que Sara “a veces callaba y en otras ocasiones contestaba de muy malas formas, de la misma forma”.