Raquel Moragues apareció en los medios de comunicación tras ser fotografiada con Amador Mohedano en la terraza de su casa de Chipiona. La polémica no tardó en surgir, Amador Mohedano lo negó pero ella lo afirmó en el plató del Deluxe e, incluso, se sometió al polígrafo. Rosa Benito se sentía humillada y, aunque ya estaba separada de Amador, decidió que pediría los papeles del divorcio.
Pasado el verano, Raquel Moragues vuelve a 'Sálvame' pero, esta vez, lo hace pasando por un mal momento. Asegura que tras todo lo sucedido su familia le ha dado la espalda: "Me siento sola, sin tener por qué estar sola, porque de alguna manera tengo una familia". " Ahora sí que ya he descartado esa familia", continuaba diciendo, "es que no me quieren". Pero ¿Por qué piensa esto?, le preguntaba Jorge Javier Vázquez: "Me dicen que soy la más mala del mundo", replicaba ella.
Raquel no ha acudido a un especialista para solucionar sus problemas, pero decía: "No he tenido que recurrir porque yo por mi cuenta me tomo cosas" y es que no cree que puedan ayudarle: "la farmacología, para las cosas físicas funciona muy bien pero para la enfermedad del alma no existe ninguna medicación y lo que tengo enfermo es el alma". "Yo lo que quiero es morirme", afirmaba tajante Raquel.
Minutos después, Raquel entraba en plató. Muchos de los colaboradores le cuestionaron: “Un compañero me ha dicho que te ha visto con un bastoncillo en los ojos”, decía Kiko H.; “me pongo gotas para los ojos”, contestaba ella y añadía: “Lo peor no es llorar por fuera, es llorar por dentro”. El colaborador le decía: “te lo has montado tú con tu madre para seguir chupando del bote”, pero ella lo negaba. “Tu madre se sentó en el Deluxe, no he visto a una madre defiendo tanto a una hija”, explicaba Kiko y se preguntaba: “¿Qué ha pasado del Deluxe hasta ahora para que diga que eres mala persona?”, pero Raquel no lo sabe.
Entonces, el programa emitía unas declaraciones de su hijo hablando mal de ella y Raquel estallaba en lágrimas. 'Sálvame' interrumpía la emisión del vídeo y veíamos a Raquel, llorando y gritando. El presentador le perseguía entre bambalinas: "no puedo, no puedo", decía ella.