Mucho se había hablado sobre cómo podría afectar a Isabel Pantoja las quejas de los funcionarios de la prisión de Alcalá de Guadaíra. Sin embargo, Raquel Bollo apuntaba que el motivo de su malestar no fue la investigación, sino el hecho de que le denegaran el tercer grado: “No sé si fue azúcar, subida, bajada o ansiedad, estuvieron a punto de llamar a la ambulancia y fue ella la que por no alarmar tampoco no quiso y la cosa se fue relajando”.