Mark Hamilton rompe a llorar con Cristina Soria: “Me siento perdido”
telecinco.es
28/12/201717:20 h.“Llevaba muchos días aguantando y no quería llorar. Sé que si empiezo, no voy a parar… Esto no es fácil”, le ha dicho Mark a Cristina, y ella le ha entendido perfectamente: “No pasa nada porque llores y te rompas. De hecho, eso es lo lógico, lo natural. Tú apostaste por una relación y ahora ha pasado todo esto, pero no es un fracaso ni para ti, ni para María. No has hecho las cosas mal y tu mayor proyecto son tus hijas”, le ha dicho la coach con toda su empatía.
Algunos colaboradores no se creen las lágrimas de Mark
Durante esta conexión, los colaboradores han estado dando su opinión en el plató. Lydia Lozano sospecha de la veracidad de los sentimientos de Mark y María Patiño tiene su propia teoría. Ha asegurado en 'Sálvame' que ella sí cree que esas lágrimas son verdaderas, pero que no son por el motivo que dice Mark. La colaboradora repite que él y María tienen un pacto y que por eso no puede hablar libremente: "Tienen una acuerdo desde hace un tiempo como personas que tienen unos hijos y que tuvieron un proyecto en común. Él tiene ganas de hablar y no puede", ha explicado Patiño.
María, a Cristina Soria: “Me casé con Mark porque no quería estar sola”
Mark no ha sido el único que ha hecho coaching con Cristina Soria, María Lapiedra también tuvo una charla con ella. Entre lágrimas, María se desahogó y dijo todo esto: “Me siento mal porque con Mark he sido muy mala. No debería haberme casado con él… Yo le quería, pero no estaba enamorada. Lo hice porque Gustavo estaba casado y yo no quería quedarme sola. Y también porque ya estaba embarazada de la primera niña”.
Mark reflexiona: "Sé que mi matrimonio está muerto"
En los últimos días, hemos visto a Mark muy exaltado en televisión. Ha jurado y perjurado que va a hacer lo posible por evitar que su todavía mujer y Gustavo González se casen y/o vivan juntos. Sin embargo, después de hablar con Cristina Soria y echarse a llorar, ha empezado a cambiar su actitud, porque no le lleva “a ningún lado”. “Ya no puedo seguir aferrándome a algo que no existe”, ha dicho, mucho más tranquilo.