Según María Patiño, cuando en el año 2009 Belén Esteban firmó su contrato de representación con Toño Sanchís, había una cláusula por la que el representante habría estipulado que, de haber problemas, Belén no podría acudir a los tribunales, sino a una corte arbitral. “Toño Sanchís quiso atar de pies y manos a Belén para que jamás pudiese denunciarle en los juzgados”, ha afirmado la periodistas.