"Él primer gesto de él es tocarse la nariz, un gesto de desagrado. Me llama la atención que en su explicación no deja de rascarse el cuerpo, es decir, que hay algo que no está contando completamente, pero puede ser de forma inconscientemente". Sin embargo, Kiko Hernández cree que sabe que la polémica vende, por ello su comportamiento.