El primer día que sale la casa a subasta, el abogado de Toño pide un pacto a Belén. La idea era darle a la Esteban, “a tocateja”, 200.000 euros y luego cada cuatro años embolsar una cantidad de 50.000 euros. Y encima, según explica Belén, “tenía que perdonarle 225.000 euros”. La colaboradora, enfadada le deja clara las cosas a Sanchís: “Yo trabajo, no me llevo lo que no es mío”.