Un día después de dar a luz a su hija en casa, la matrona de Parla llegó a la vivienda de Trinidad y se lleva a la niña. No le dan explicación alguna y cuando llegan al hospital un médico les dice que la niña va a morir. Años después, la familia ha descubierto que el certificado de defunción está firmado por un hombre que actúa como delegado de la familia y que no conocen de nada.