La tensión entre Kiko y Alba crece cada día hasta el punto que los supervivientes ya no se pueden ni ver y más después de la última prueba de recompensa. “Déjame en paz, déjame vivir. Es que es 24 horas al día y ya o puedo más”, le comentaba Alba a Paola sin poder contener las lágrimas. “Estoy agotada de cabeza de todos los insultos, indirectas y comentarios que está haciéndome cada día Kiko desde que se levanta hasta que se acuesta”, confesaba la modelo.