La supervivencia en la isla es lo primordial y Logan lo sabe. El superviviente ha confesado que la ropa sucia, el oler mal, lavarse los dientes una vez al día ya no es importante para él. Desde que lleva en Honduras, Logan ha querido adaptarse al entorno salvaje y en sus últimos días reconoce que valora otras cosas: "Ahora que llevo ciego tres días valoro mucho más la vista, los colores, todo".