Una razón para vivir

telecinco.es 27/01/2009 17:35

Ese día mi vida dio un giro. Llevaba mucho tiempo pasándolo mal. Problemas de todas clases, bueno como le pasa a todo el mundo, supongo, que culminaron con un “maldito cangrejo” que se empeñó en ganarme la batalla de la vida.

Y, tras meses de quimioterapia, empezó 'Gran Hermano', mi gran pasión. Este bendito programa que espero cada año como agua de mayo para sumergirme en una casa y contemplar a un grupo de valientes que se nos muestran sin pudor.

Cada año tomo parte por algún concursante; bien distintos, por cierto, pero me uno irremediablemente a quien, por la razón que sea, me toca la fibra. Recuerdo que me reí con Fresita “Salou-es-mío” y me encantó Melania...

Pero este año, una luz especial iluminó la pantalla de mi televisor. Un chico alto y rubio, de ojos limpios y mirada triste; un hombre-a-una-nariz-pegado, me enamoró.

Que nadie piense en el amor hombre/mujer, que nada tiene que ver con eso. Fue un amor maternal. Vi a nuestro pirata necesitado de protección. ¡Cuánto sufría y qué solo se sentía! ¡Qué poco imaginaba él que fuera había miles y miles de personas que le apoyábamos!

Su forma de ser me cautivó. ¡Vivía todo tan intensamente! ¡Disfrutaba tanto! ¡Sentía tanto!... que me olvidé de todo. Mis males eran menos males, mis dolores dolían menos, mis miedos no tenían cabida en mi mente, porque su sentir llegó al alma de muchos que sentimos con él, y nuestros corazones latían con el suyo.

Sus penas fueron nuestras penas. Su indignación, la nuestra. Sus risas las reímos desde nuestras casas. Y viví porque él, Iván Madrazo me devolvió la vida. No podía dejar de verle y no podía permitir que se quedara sin su merecida recompensa.

Mi amiga Ghpelusilla, del blog del Gato Encerrado, creó la Plataforma Pro-Iván. El ilustre Senador y yo nos unimos inmediatamente a su idea. Pero Iván es mucho Iván y más de 1600 gateros se fueron uniendo de uno en uno, de dos en dos a la idea de Ghpelusilla.

Me hice cargo de la PPI y, entre todos, hicimos piña a la hora de votar y, con nuestro granito de arena, fuimos logrando que salieran expulsados aquellos concursantes que en cada momento nos parecían más perjudiciales para Iván.

Él caminaba por un camino de espinas en la casa de Guadalix; pero nosotros intentábamos construirle un lecho de rosas para su salida.

Y parece que lo hemos conseguido. Él se siente feliz y querido, y yo la mujer más feliz del mundo, no sólo por el triunfo de nuestro Rey Pirata, sino por todo el cariño y el reconocimiento que, el simple hecho de ser fiel una convicción, me está deparando.

Así no hay quien se muera, os lo aseguro.

Gracias, Iván. Gracias, Gran Hermano. Gracias, Mercedes. Gracias, Gato y gateros. Gracias, mundo.