Compartir o no compartir, esa es la cuestión

telecinco.es 04/07/2011 10:08

Aunque el país entero está más pendiente de los planes de Rosa Benito y la visita mañana de su Amador, creo que pasan otras cosas en Cayos Cochinos, aunque habremos de esperar para verlas en la tira diaria de esta tarde. Mientras tanto, podemos continuar el relato allí donde lo dejamos el viernes. Omití conscientemente de mi crónica sobre lo ocurrido en la última gala algo que sirvió de cebo durante el programa pero no se resolvió hasta el último minuto, prácticamente. Los concursantes se habían sometido a un test de inteligencia. ¡Lo que faltaba!

Era previsible el resultado. Jessica es la más lista de todos, sin ninguna duda. Sigue conservando su barriguita incipiente (muestra de la buena vida que le gusta pegarse siempre), jamás la hemos visto (ni veremos) alterada y su actividad es más o menos como la de un percebe (prácticamente nula). Si todo esto no es muestra de su inteligencia no sé qué más habría de demostrar.

Arturo será eslabón perdido en la escala evolutiva del ser humano pero está muy viajado y eso quieras que no cultiva un poco. De Jeyko cabía esperar cualquier cosa. Y Sonia no solo es una buena superviviente sino que ha demostrado también ser suficientemente espabilada para buscarse la mejor manera de vivir en paz, formando su propia comunidad dentro de otra mayor.

Hasta ahora habíamos visto como casi siempre se formaban dos grupos en aquellos programas de telerrealidad basados total o parcialmente en la convivencia. Es un factor fijo desde el momento que se pone a convivir en un mismo espacio reducido a un grupo mayor de seis u ocho miembros. Pero Sonia ha dado un paso más, ella en lugar de promover la separación del colectivo en dos grupos ha formado una comunidad pequeña dentro del colectivo.

Esta nueva concepción de la organización social en el programa esta planteada sobre la base de compartir determinados bienes comunales (básicamente el arroz que el programa les ofrece caritativamente) pero organizando la vida en casi todos los aspectos de forma independiente. Su comunidad ha sido unipersonal en algunas ocasiones, teniendo un máximo de tres miembros. La previsión es que el círculo se cierre con ella volviendo a ser la única habitante de su pequeño mundo.

Los cuatro mencionados fueron quienes mejores resultados tuvieron en las pruebas de inteligencia, obteniendo como premio un donut relleno y cubierto de chocolate. Los demás se quedaron sin premio y con una cierta humillación por haber sido proclamados los menos listos. En ese momento la humildad de unos contrastaba con las excusas de Rosa o Rosi. "Unos hemos tenido más posibilidades que otros", decía Rosa, como si nunca fuera tarde para conseguir la formación que en su momento faltó. Además, igual en su momento pudo haber estado estudiando en lugar de presentarse a concursos de belleza. Creo que nada se lo hubiese impedido, y si intenta vendernos esa historia (otra más) no me la creo.

Rosi, por su parte, afirmó haber hecho el test psicológico a voleo. Tal vez piense que es mejor tener poco criterio que andar escaso de inteligencia. Probablemente se equivoque porque cortito de inteligencia pero sin perder el criterio es más difícil tomar decisiones erróneas que al contrario. En todo caso es patético intentar enmascarar un fracaso en una prueba de inteligencia dando supuestas muestras de falta de interés por la misma. Nos quedamos con ganas de conocer aquello que supuestamente le impedía intentar hacer bien la prueba.

Más humildes se mostraron Tatiana o Toni, que comparó los test con jeroglíficos. Como viene siendo habitual, la advertencia de Jorge Javier de que no podían compartir el premio con sus compañeros se la pasaron por el arco del triunfo y vimos a algunos metiendo el dedo en el chocolate ajeno, aunque no fueron a más. Escuchar al presentador les hubiera evitado el disgusto posterior.

De vuelta en Playa Uva veíamos a Sonia comiendo su donut con gusto, mientras los demás se lo tiraban casi a la cabeza. No es exacto porque en realidad ya estaba en los estómagos de los afortunados ganadores de la prueba de inteligencia, pero algunos no admitieron de buen grado que estos no lo compartieran. Es más, diría que la bronca se planteo entre dos curiosas e inexistentes parejas.

Me refiero a los que no aprovecharon la madrugada, el vino ni los condones en el nidito de amor facilitado por el programa (Arturo y Tatiana), tanto como a esos que hace solo unos días decían estar decepcionados el uno con el otro (Jeyko y Rosi). Pongo en primer lugar a ellos porque comieron donut, mientras ellas les reprochaban no haberlo compartido. El famoso soliloquio del Hamlet de Shakespeare cambiaría en este caso su comienzo ("To be, or not to be: that is the question") por otro ad hoc que diría algo así como: "Compartir o no compartir, esa es la cuestión". Tampoco se podrá plantear nadie tal dilema ante el espejo, porque no hay de eso en la isla.

Es curioso, cuanto menos, ver a Tatiana protestar porque Arturo no ha compartido su donut con ella. Sobre todo porque un rato antes en la isla defendía su decisión de comerse el pollo con patatas privando a sus compañeros de una patata y un tomate. Desde aquí he apoyado su decisión, solidariamente tomada con Arturo, porque me parece incuestionable que quien tiene esa oportunidad la aproveche. Por eso mismo, pienso que no tiene discusión tampoco lo del donut, aparte de que fueron avisados de que no podían compartirlo.

Pero algunos son siempre partidarios de la ley del embudo. Lo ancho para mí y lo estrecho para los demás. Rosi dice que habría compartido su donut con Tatiana por como está la chiquilla. ¿Cómo está? Yo no la veo mejor ni peor que los demás. Salvo en el pequeño detalle de que ella pudo comer medio pollo con patatas tres días antes y los demás no. Con esto no quiero decir que debería antes pensar en compartirlo (algo imposible puesto que no hubo premio para ella) con Sonia, pero sí con Jeyko. Básicamente por lo siguiente: ella argumenta que ese concursante no será tan amigo cuando no ha compartido con ella el dulce. ¿Quién es poco amigo? Porque ella habla de compartirlo con Tatiana y no dice nada de Jeyko.

¿Alguien es capaz de imaginar el escándalo que concursantes como Tatiana o Rosi habrían montado si el pollo se lo hubieran metido entre pecho y espalda Sonia y Carolina? Por poner un ejemplo, igual o peor si hubieran sido Sonia y Toni. Habrían puesto el grito en el cielo. Por su parte, estos concursantes han protestado la decisión de Tatiana y Arturo, pero no hubieran obrado de manera diferente en su lugar.

Volviendo al drama contemporáneo y cercano de Rosa, ese episodio cuidadosamente elegido para llegarle al alma a miles de amas de casa cuya historia se parece a la contada por esta concursante el jueves, lo cual podría hacerlas simpatizar con quien se identifican y se puede traducir en votos. Y más votos. Y mucho más. No es tonta Rosa, aunque su cociente intelectual esté puntos por debajo del de Arturo. No estaría yo tan preocupado, o quizá sí.

La radiografía del ama de casa entregada a sus hijos, abnegada trabajadora que no sabe lo que es salir y divertirse está perfectamente trazada en el discurso de Rosa Benito. Ahora bien, ¿está hablando de ella o se sigue un guión poco basado en la experiencia propia? Tenemos algunos indicios que pueden ayudarnos a resolver esta duda. Por ejemplo, parece que Tamara Gorro va por los pasillos de la tele diciendo que en la isla ha contado que pensaba separarse de Amador Mohedano, aunque luego lo enmascare en una supuesta falta de libertad y hasta un rol esclavo del cual separarse en un futuro inmediato.

Era mi tesis del pasado viernes, por lo que me alegro de coincidir con Tamara 'desmayos' (como le dice Rafa Mora). Pero la cosa no queda ahí porque alguien más ha estado opinando sobre este asunto. Me refiero a María Teresa Campos, cuya opinión podría coincidir casi milimétricamente con la de este humilde cronista. Me cuentan que 'la doña' (así es conocida por muchos en algunos despachos) cuestiona lo dicho por Rosa basándose en obviedades que no por serlo parecen tan evidentes.

La vida de Rosa no ha sido la de un ama de casa encerrada entre cuatro paredes atendiendo a sus hijos y su marido, panorama desolador que poco a poco va desapareciendo en nuestra sociedad. Ella ha viajado por todo el mundo acompañando a Rocío Jurado. Se ha alojado en los mejores hoteles del mundo y no ha necesitado nunca dedicarle a su cuñada las veinticuatro horas del día sino que ha tenido su tiempo para salir y divertirse. Ahora goza de una vida desahogada, con una empleada de hogar cada día en su casa y trabajando en la tele casi todas las tardes. Aún más, dicen algunos que suele salir con frecuencia tras el programa a tomar algo con parte del equipo. El propio Jorge Javier se lo hacía notar el jueves a Amador, no sin cierta extrañeza.

¿Qué nos está vendiendo la 'venenito'? Y lo que es más importante: ¿por qué nos sale ahora con esta vaina? Me da igual si gana o no el concurso. Como digo siempre, ningún ganador me ha donado parte de su premio, por lo que ni gano ni pierdo con el triunfo o el fracaso de nadie. Yo sigo a lo mío pase lo que pase. Si lo ha de ganar que así sea y lo disfrute. No tengo nada contra Rosa Benito, aunque he de decir que si se trata de creerla a ella o a la Campos no tengo la más mínima duda.

Eso sí, que no me venda mañana una noche de pasión con Amador porque en su guión lo único que cuadra para no romper el climax y dejar al marujerío rendido a sus pies es que le diga en directo y en el prime time de la última hora que su matrimonio ha terminado. Y adelante con los faroles.

Dejo la caricatura de esa Sonia que todo lo pesca, gracias a nuestro querido Javier B.V.

Y un saludo especialmente cariñoso a Raquel Sánchez Silva. Espero que su fiebre haya desaparecido del todo y mañana podamos verla en directo tan alegre como siempre.