"La mediocridad siempre construye enemigos. El necio necesita del odio del otro para justificar su existencia. La dependencia de un objeto fóbico, de un blanco a batir, revela la pobreza intelectual extrema y, por tanto, una actitud irresponsable y una falta de compromiso que consiste en culpar a los demás de la indigencia intelectual que, una y otra vez exhibe".
Estas reflexiones forman parte del “Diario de la Decepción” de Pedro Alberto Cruz Sánchez, el consejero de Cultura de Murcia que está en el hospital con la cara destrozada por tres tipos que aparecen, sin saberlo, reflejados en sus aforismos.
La ignorancia, la incapacidad para luchar, para rebelarse dando la cara, provoca en los miserables la irresistible tentación de la violencia, cuando, según el protagonista de esta macabra historia: “si existe una actitud ética por excelencia, ésta no puede ser otra que la de comprender que los otros nunca nos van a comprender como nosotros deseamos”.
Ignoro cuál ha sido el comportamiento político en detalle de Pedro Alberto, sé que se había producido preocupante ambiente de violencia soterrada en su Comunidad, de reiteradas amenazas.
Recortes, crisis, discrepancia…todo compatible con la palabra, todo susceptible de provocar un legítimo enfrentamiento político. ¿Qué ha sucedido para llegar hasta aquí?
Evidentemente los políticos han rechazado la violencia, pero están dando un lamentable espectáculo de acusaciones políticas que ponen de relieve cómo se utiliza todo en beneficio propio, en supuesto beneficio electoral.
Conocí brevemente a la víctima de esta atrocidad. Es culto, sensible y siempre pendiente de la mirada del otro. No es poco. Mientras se recupera de sus heridas, apuesto a que no suscribe algunos argumentos de sus fieros defensores.