Llegó el día

telecinco.es 06/09/2009 14:19

Esta noche comienza Gran Hermano. Me preguntaban uno de estos días si estoy nervioso. Respondí que no sin mentir ni un poco. Estoy como muchos de nuestros amigos, apasionados seguidores de este programa: ilusionado, expectante e intrigado. Suele ser así. Además, también estoy deseando que empiecen a rodar los dados.

Será mi novena aventura, aunque no todas han sido igualmente intensas. En la sexta edición decidí auto obligarme a una cita diaria con quienes quisieran venir a leerme. En la siguiente edición pudimos comenzar a compartir las opiniones de muchos de ellos. Y así ha sido desde entonces, tanto lo uno como lo otro. La pasada edición desde esta casa madre, donde seguimos. No ha cambiado casi nada, por tanto. ¿O sí?

Puede que algo haya cambiado. Después de tanto tiempo no sería creíble decir que todo está igual. Personalmente conozco ahora mejor el mecanismo del programa, he presenciado unas cuantas galas desde el plató de Telecinco, he estado en la cruz de cámaras de la casa, he visto como se hace el resumen diario y conocido el complejo engranaje técnico y redaccional que monta cada año la productora en Guadalix de la Sierra. También ahora creo poder leer mejor el concurso, tras el análisis detallado de un centenar largo de concursantes, muchos de los cuales responden a semejantes perfiles y deciden encarnar idénticos roles en la convivencia planteada durante los días de encierro.

Todo ese conocimiento del que hablo contribuye por igual a facilitar mi labor como a distanciarme un poco de esa acción que narro cada día. Tengo un amigo director de orquesta que cuando un día me mostré animado a aprender música no dejó de desanimarme con el fin de quitarme la idea de la cabeza. Me dijo: "Dejarás de vivir la música con esa pasión tuya". Esa pasión mía, amigo mío. Tú sí que me conoces bien. Algo parecido me pudo pasar cuando conocí mejor el mecanismo que mueve esta orquesta de Gran Hermano, y vi sus notas escritas en una partitura. Pero no ha sido así.

La clave es que me sigo apasionando y aún conservo la misma ilusión de siempre. ¿No es bastante? Cuando está a punto de comenzar una nueva edición, horas antes del estreno, no estoy nervioso aunque soy solidario con los nervios de tantos profesionales que trabajarán esta noche para hacerlo todo posible. Estoy ilusionado, y no me cabe duda de que lo viviré con una inmensa pasión. Por eso estoy aquí, una vez más.

Lo mejor es que sé que nuestra ilusión es la de muchos. Que compartimos la pasión entre tantos, y también las emociones. Igual que nuestro ojo será un poco, desde hoy, el ojo de todos.

Y ahora, qué empiece la cuenta atrás. Suerte y diversión para todos.