La mandrágora crece a los pies de Juan

telecinco.es 30/03/2012 09:30

Jon Stewart, el tipo más mordaz de la televisión americana, comienza cada programa con la siguiente frase: "Ya han visto ustedes las noticias, ahora vamos a contarles la verdad". Es una fórmula imitada en todo el mundo, y toda una tentación para este gato en días como hoy. Pero como no tengo ni el talento ni el poder de Stewart resistiré la tentación y más me vale optar por un razonamiento de esos incontestables, por los que tengo gran debilidad.

El principal inconveniente de que este programa se guarde cosas para los momentos televisivos estrella es que termine contando una realidad pasada, obsoleta y superada por los acontecimientos. De acuerdo que tiene otras grandes desventajas, principalmente la falta de consideración con el espectador más fiel, aquel capaz de seguir durante horas la emisión del directo. No tanto por desconfianza hacia la interpretación de esa misma realidad editada en los resúmenes o programas nocturnos como por simple interés, la pasión de conocer la verdad en el momento que esta se produce. Esa es la grandeza de este programa, su seña de identidad no superada ni imitada por la mayoría de realities de éxito.

Hay muchas formas de seguir este programa, todas ellas respetables. La de los enfermos de Gran Hermano, aquellos que lo amamos profundamente, es ver aquello que desde el principio nos vendieron como "la vida en directo". Esa emisión junto con la transversalidad de las múltiples plataformas que hacían seguimiento del programa, fueron las dos características que hicieron único este formato. Su inspiración en una webcam emitiendo la realidad de lo que sucede en la habitación de un hogar, lo hacía carne de cañón en Internet, y esa comunión funcionó desde el principio, a través de todo tipo de foros donde el espectador ampliaba y compartía su conocimiento u opiniones.

Esa "vida en directo" tiene un complemento perfecto en resúmenes y vídeos de los programas nocturnos, que amplían el foco, complementando lo visto y convirtiéndolo en una narración. De esta forma, el espectador más fiel tiene un conocimiento mayor, pudiendo acceder a acciones de desarrollo simultáneo y conociendo los precedentes o consecuencias de ciertos hechos puntuales. Además de las interpretaciones que los propios concursantes hacen en la sala de confesiones, cuya presencia en el directo es nula y se convierte muchas veces en uno de los grandes atractivos de la narración. Pero "la vida en directo" se interrumpe en ocasiones, traicionando al espectador fiel, como digo.

Como amantes del programa podemos aceptar la conveniencia de una medida como esa, aunque vaya en contra de nuestros intereses y, de alguna forma, sea un castigo para nosotros. Somos tan fieles que si viene bien al programa y sus intereses lo damos por bueno, aunque sea a duras penas. Ahora bien, esto produce el efecto pernicioso de que se termine contando al espectador una realidad que este ya conoce parcialmente y sabe hasta que punto ha sido superada. Anoche tuvimos un fantástico debate lleno de vídeos maravillosos mostrándonos una crisis aparentemente insondable en la pareja formada por Sindi y Sergio. Muy interesante, solo que absolutamente contradictorio con lo que veíamos al mismo tiempo y desde hacía horas en el directo.

La pobre Berta, que ha sido mala concursante y ahora demuestra ser también mala espectadora, decía anoche que Sindi está triste y ya no canta en la casa como lo hacía antes. Pues bien, justo en ese mismo instante, en el directo estábamos viendo a esta concursante cantando alegremente. Es lo que tiene ser un enfermo de Gran Hermano y ver el debate a pantalla partida con el directo. Algo tan vivo y cambiante como esta historia apasionante es comentado por una concursante expulsada hace tres días y que nos está hablando de una realidad vivida por ella con anterioridad. Todo ello apoyado en las imágenes de los dos últimos días, que reflejan situaciones ya superadas.

No hay nada más viejo que el periódico del día anterior. Pues bien, algo parecido pasa con este programa, que de normal ya cuenta una realidad diferida en varios días. El resumen de un día como ayer muestra imágenes de cosas sucedidas el martes por la noche, si acaso a caballo entre ese día y el siguiente. Hay un delay explicable, pero solamente justificable si no se ha intentado escamotear al espectador una realidad concreta. No lo digo tanto por tratar a este como merece como por no oficializar aquello de los universos paralelos. Anoche el debate nos mostraba una pareja casi rota y en el directo yo les veía más felices que nunca.

En lo personal, la consecuencia de esto es que me motiva muy poco analizar los porqués de esa crisis, dado que ya ha sido superada en buena medida. Pienso que falto a la verdad y no estoy cumpliendo con mi obligación, que es contar lo que está pasando. Lo que pasa ahora, no lo de hace un par de días. Es posible que la consecuencia de aquella crisis sea este ambiente mejorado, la mayor integración de Sergio en el grupo (ahora comparte momentos de madrugada con Pepe, Marta y su novia) y cierta parcela de felicidad recuperada por Pipi.

Sergio sigue siendo un aguafiestas. Le ha estropeado la experiencia a su novia y su presencia sobra desde el minuto uno. Debería haber esperado en casa, por muy doloroso que le resultase ver a su novia confundida y dudando de sus propios sentimientos. Aceptando el ofrecimiento del programa de luchar por entrar en el mismo ha forzado la máquina, suscitando un rechazo mayor en Sindi. Le ha podido el ansia, aparte de enterrar su propia imagen con ciertas actitudes.

Que un hombre joven del siglo XXI abronque de malas maneras a su novia porque lleva una minifalda produce bastante repelús. Su delicadeza es mínima, como se ve cuando apremia a Sindi a contarle lo que le pasa, agarrándola del brazo bruscamente. A ver, amigo Sergio, ahora vas y te me relajas, aceptas que tu novia igual ya no te quiere y tu presencia a su lado en estas circunstancias no hace sino poner las cosas más difíciles. Por eso digo que Sergio haría un gran bien a su relación, incluso a las aspiraciones de su novia en el concurso, marchándose a su casa. Ya sé que es concursante de pleno derecho, pero no lo sería si no fuera porque alguien decidió que lo podía ser y posiblemente nunca lo habría sido de no ser porque su novia lo es. Luego está lo de la votación de la audiencia, pero no olvidemos la acción y efecto en este caso.

Sucede que los defensores de Noemí influyeron en poner en este disparadero a Sergio para impedir que entrase en la casa Paolo. Un fenómeno que ahora tiene otra manifestación: muchos de esos mismos defensores parecen haberse convertido en defensores repentinos de Sergio. Hablo de generalidades, y como decía José María García: "La generalización acarrea injusticia". Pues claro. No digo que esto se cumpla en todos los casos, pero observo que es una constante en algunos, lo cual me parece curioso. Incluso raro. Dejo al lector la interpretación apuntando tan solo que tal vez Sindi se esté convirtiendo en un potencial estorbo para las aspiraciones de otros concursantes, como la propia Noemí o su gran amigo Pepe, el otro vértice de un triángulo más bien ficticio.

No me cabe ninguna duda de que a Sindi le hubiera pasado lo mismo de no haber un Pepe, o tal vez le podría haber valido cualquier otro chico. No le gusta su realidad anterior a la entrada en esa casa, y para darse cuenta de ello no hay nada como salir de su entorno e introducirse en un mundo distante, aislado, sin horas ni casi días en el calendario. Ese mundo en el que lo del exterior sobra muchas veces. No es la primera concursante a la que le pasa esto.

Muchos recuperan el contacto con su mundo real sin consecuencias, aunque en otros casos se van dejando jirones de realidad no asumida por el camino. Para mí tengo que Sindi jamás hubiera hecho un Laura Campos, diciéndole a su novio en el 'confe' "esto es lo que hay", pero quizá le hubiera sido más fácil recuperar su realidad si Sergio se hubiera quedado en casita. De esa forma le hubiera echado de menos. Sin embargo, ahora le estorba, aunque ya no tanto.

Ayer los diez aspirantes a la repesca quedaron en cinco (María, Michael, Aristidín, Cristian y 'don nadie'). Esto es como 'Los diez negritos' de Agatha Christie, luego serán dos y no tengo ni idea si finalmente solo uno. Como no lo sé creo que lo mejor, y más discreto por mi parte, es esperar al próximo lunes. ¿Van a entrar dos o uno? ¿Entrarán directamente al pabellón de pruebas y luego uno de ellos a la casa real o directamente? No tengo ni idea. Tan solo puedo hacer conjeturas y esto ya tocó ayer, así que mejor no insistir. Tampoco voy a entrar en si gana la opción "ninguno" o esta queda en segundo lugar. Creo que esto es un lío y mucho más cuando no conocemos la realidad al detalle.

Confío en que la solución sea buena y razonable. Tengo razón para pensar así por los precedentes y porque el equipo que hace este programa se lo ha merecido. Seguro que al final me parece bien lo que hagan, solamente tengo una objeción que puedo poner ya, incluso sin saber lo que va a pasar, o justamente por ello. Veamos, el programa pide implicación a la audiencia, haciéndonos partícipes de un juego consistente en decidir gratuitamente como se resuelve la repesca. Pero nos hace responsables de una elección sin que podamos conocer las reglas del juego. Nadie aceptaría sentarse a la mesa a echar una partida de cartas sin conocer las reglas del juego.

No quiero teorizar porque es viernes, estoy contento esta semana de récords en el blog y feliz de poder disfrutar de esta edición ya mítica. Personalmente me gusta que entre más de un concursante porque eso alarga el programa y quisiera que durase todo lo posible (y más). Tan solo pondré un ejemplo para explicar lo que quiero decir. Si yo votase y me dicen que va a entrar un repescado, durante esta semana habría estado votando a mi favorito (favorita, en este caso) para entrar. Mi voto diario habría sido para María. Si, por el contrario, me hubieran dicho que entraban dos con una selección previa de cinco, mi planteamiento no sería el mismo. Habría votado alternativamente a mis dos favoritos para intentar que estuvieran entre esos cinco preseleccionados definitivos. Es decir, hubiese votado por María y Mary Joy.

Lo mismo pasa desde ahora mismo hasta el lunes por la noche. Si me dicen que viajan dos a Guadalix pero solo entrará en el juego uno de ellos votaría masivamente a quien quiero que entre y quien pienso que tiene menos posibilidades de ganar el enfrentamiento con mi favorito. Sin embargo, si me dicen que entran dos directamente igual voto por mi favorito y quien menos me molestaría que entrase. Está claro que de los cinco seleccionados (cuatro en realidad, porque el quinto es el ente "nadie") solo quiero que entre María. Ahora me alegro de no participar nunca de estas elecciones. No voto por principios, pero en este caso tampoco lo haría porque no participaría nunca de un juego ignorando sus reglas.

Voy a comentar dos cosas sobre Juan, concursante que está en una especie de limbo, prácticamente intocable en resúmenes, galas y debates. Al 'páter' le ha crecido la mandrágora a sus pies antes de ser ahorcado por la decisión de la audiencia. La mafia amenaza o firma sentencias de muerte dejando cabezas de caballo, y Ari lo hace con flores. "Dígalo con flores", rezaba el viejo eslogan de una floristería. Pues así es. Esta concursante se levantó el otro día y compuso unas palabras con flores para el 'páter'. Dice que la única persona que le queda en la casa es Noemí, pero yo veo otra cosa.

Me da la impresión de que la canaria se ha apartado un poco de Ari, tal vez temiendo su maldición o para no importunar demasiado a sus mosqueteros, que le hicieron ver hace días las contradicciones de esa relación. El caso es que veo a Ari mucho más pegada a Juan, en ese bucle infernal de rencores y reproches exagerados. En común tienen que ambos están igualmente reventados, lo cual debe unir mucho. Si yo fuera Juan estaría preocupado. Ari le ha sentenciado halagándole con flores, como se hace a un muerto.

Anoche Juan mantenía una reveladora conversación con Hugo. "Cómo eres de la terra igual me entiendes. Yo ahora tengo dos caminos, solo dos posibles salidas que me satisfarían... ¿o se dice satisfacerían?", comentaba el 'páter'. Recuerdo que es maestro, por lo cual imagino a sus alumnos dándole caña a su vuelta, si es que vuelve. Hugo, que le da cien vueltas al 'páter', se burlaba un poco preguntando si por el hecho de ser de la terra (ambos son catalanes) le iba a apoyar para llegar a la final. Luego dejaba de darle réplica ninguna, poniendo cara de nada, cuando no de pocos amigos. Teniendo en cuenta lo que le dijo me parece normal.

"Una de las cosas que desearía sería marcharme yo, y lo deseo, créeme. Estoy cansado", decía Juan. A lo que añadía: "Sobre todo por mi relación con Pepe, que no es buena, porque con los demás me llevo bien. Y la otra cosa sería que se fuera él". ¿Qué pretendía contándole tal cosa a Hugo? ¿No se da cuenta de que es el mejor amigo de Pepe? Luego hacía un nuevo intento de bastardear las próximas nominaciones pidiendo que le nominasen si no salía él. Lo mejor sería que no hubiera opción. No digo que se debe ir a su casa porque no le van a dejar, al menos de momento (hasta que le levanten la suspensión a divinis).

Moleskine del gato

La prueba del nueve relativa a las palabras de Michael es que si no se le piden explicaciones públicas entenderemos que se debe aceptar como bueno esto que dijo en la página web de la productora: "De algun modo u otro, ella (referido a María) entrará, a pesar de la votaciones de la web". ¿A pesar de las votaciones? Está sugiriendo tongo y corrupción. Eso lo hace un asalariado del programa. ¿No es increíble?

Otra prueba del nueve es sobre la nota que Cristina le pasó a su hermano Juan durante la gala del lunes, un hecho que hasta el momento no ha existido para el programa. Debemos considerar que la información filtrada sería sensible (nada de besos o palabras de ánimo de unos sobrinos) si el programa no enseña la nota, más aún si sigue silenciando un hecho relevante como este.

Y termino por hoy con la información de que Fael ha ganado su 'Big Brother Brasil 12' con un 92 por ciento de los votos. Menudo récord se ha marcado el veterinario. Y los porcentajes oficiales ciegos que dio a conocer el debate de anoche son estos: 48'4, 29'6, 14'3, 3'3, 2'7 y 1'6 por ciento. Se admiten apuestas.

Actualización: Sobre los posibles votos dudosos (evitaré decir fraudulentos) diré que hasta el momento quienes controlan ese asunto no han detectado ningún intento de alterar de forma indebida los resultados de la votación para la repesca. Por mi parte, hasta aquí llegó este tema, que ha quedado en un rumor más sin confirmación.