De trasnochadores, comidas intragables y parejas que se dan el lote
Noemí y Alessandro se dan el lote en la cama con bastante poco reparo, a pesar de lo cual ella le sigue diciendo a un chico de fuera que no malinterprete las cosas. Aris, antes santo, sigue viviendo su meteórico paso por la casa y ahora se dedica a pedir abrazos a cualquiera que pille desprevenido, así a traición. Las fuerzas vivas de la casa empiezan a entrar en el círculo del odio, escorando sus posturas peligrosamente hacia el reproche continuo y cierta amargura no justificada. Y los amigos de Pepe temen por su particular deseo de vendetta, que le está haciendo encerrarse en los más cercanos, dando de lado visiblemente a buena parte de sus compañeros.
Así las cosas, cada gesto y conversación en la casa más famosa de Guadalix cobra un interés suplementario, dada la necesidad existente de identificar por dónde van las cosas. De ahí que nos topemos con sorpresas mayúsculas como que sea Noemí quien haya de contar a Juan lo que Aris estaba diciendo de él, en lugar de decírselo David, igualmente testigo. O la sorprendente reacción de 'Aris, Arístides, Aristidín' achantado ante el 'páter', enculado en tablas, suavizando escandalosamente lo dicho.
¿Quién va a creer que en dos días había tenido tiempo suficiente para catalogar a Juan como manipulador? De otro lado, me hastían los prejuicios mostrados por algunos ante el hecho de que un cura sea concursante de Gran Hermano. ¿A santo de qué le preocupa esto a nadie? Da lo mismo que sea cura o acupuntor, ambos dejan de ejercer dentro de esa casa. Y lo que suceda en un futuro con sus vidas no es parte de este concurso.
Ahora Aris pide abrazos, como digo, y sigue enrocado en recordarnos a todos, dentro y fuera de esa casa, el drama familiar de sus muertos, no vaya a ser que se nos olvide. Ayer, por ejemplo, contaba que había soñado con su padre. La idea que el resto de concursantes han tenido de este concursante va cambiando cada día.
Antes de entrar pensaban que sería un viejo ricachón, poco más o menos. Luego decía Michael que le había sorprendido descubrir que se trataba de una persona normal, de donde deducimos que los millonarios no le parecen normales. Del domingo al lunes se dieron cuenta de que muy normal tampoco es, razón por la cual le cayeron once nominaciones; y ayer varios decían lamentar que estuviera nominado y se pudiera marchar mañana jueves. A saber lo que opinarán cuando se vaya.
De momento, Aris se ha apuntado al grupo de los fumadores, con tal de visitar 'Londres' (el cutre cuarto del fumeteo). Estas cosas te hacen desear que se quede, más que nada por observar una especie tan curiosa de concursante. Pero luego te lo encuentras dando la vara como un perfecto moralista y el rabiómetro entra en zona peligrosa. Si no se va mañana estoy seguro de que lo hará estallar.
El peligro de que los 'papafrita' estén ya en el círculo del odio lo demuestra que hayan cogido como Leitmotiv el tema de los que duermen o no, si lo hacen más o menos, de día o por la noche. Empezaron acusando de ello solamente a Pepe, pero ahora ya no pueden por menos que extenderlo a media casa. Ayer lo decía Juan, el líder 'papafrita', excluyendo a quienes estaban haciendo la prueba en ese momento, pero entre ellos estaba Noemí. Y luego comentaban precisamente entre Alessandro, Pepe y la propia Noemí quién de los tres había dormido más rato la siesta.
Michael se ha convertido en otro de los abanderados de la lucha contra los dormilones, aunque bien mirado él está entre los que más duermen. "Yo no he venido aquí a dormir", dice el poli local, pero se acuesta y duerme sus buenas siete horas muchos días. Anoche, sin ir más lejos, calculo que se iría a la cama sobre las dos y la música no les despierta antes de las nueve y media.
Lo expresa con claridad Michael en su blog:
Anoche a las cuatro estaban en sus camas el propio Michael, Juan, David y Aris. Sin embargo, por la casa andaban Hugo, Noemí, Alessandro y Pepe jugando al billar; apareciendo en tropel hacia la cocina Ari, Sindi, Ochoa, Vero y Mary Joy (algo más tarde), que se preparaban algo de comer. Es decir, estaban nueve personas en acción hasta bien tarde, creo que más allá de las seis de la mañana. Solo cuatro personas dormían.
Son esos cuatro quienes acusan a quienes trasnochan de no estar conviviendo. Perdón, pero me permito corregir tal error, los nueve trasnochadores conviven más que esos cuatro, los cuales coinciden en las comidas, durante el desarrollo de las pruebas y algún rato más. Mucho menos que los otros en las largas horas nocturnas.
De nuevo un grupo de concursantes adopta el papel de vigías de la moral y las buenas costumbres. A David ya se le veía la intención, aunque tras quedar nominado la primera semana se había relajado bastante. Juan es la natural representación moral, como religioso que es. Y Michael se ha convertido en el auténtico monaguillo del 'páter', además de estar formado en el cumplimiento estricto de la legalidad a golpe de talonario (el de las multas). Las fuerzas vivas velan por el bien de la comunidad, mientras estos comen y se divierten. Como la vida misma.
No quiero cansar con el tema de comer a escondidas, entre otras cosas porque ya no es tan a escondidas o al menos se trata de algo que hace la mayoría de la casa. Dormir por la noche es lo que tiene, y hoy por hoy les está privando a los 'papafrita' de esas 'recenas' cada vez más frecuentes, tanto que son el pan de cada día. Ahora bien, parece que hubiera un peaje que pasar para poder echar mano de la despensa o incluso preparar algún plato de madrugada, ya sean macarrones, arroz o lo que fuera. Y ese peaje se llama Verónica.
Si en el grupo se encuentra Verónica todo está bien. En caso contrario es indignante que alguien coma más que los demás a deshoras. No sé qué será de ella cuando deje de encargarse de la cocina. Es un clásico que alguien pretenda conservar cierta cuota de poder haciéndose con la cocina, pero nunca hasta ahora se había extremado tanto el papel del cocinero considerando que tiene la obligación de velar por la despensa. De eso nada, bonita. Dedícate a cocinar con lo que tengas y deja ya de controlar. Y si lo hace que sea para todos por igual. Al menos eso.
Según como se vea la relación de Pepe con Noemí, Hugo y Alessandro pudiera interpretarse que ayer se abrió una brecha, pero no creo que fuera exactamente así. Es cierto que durante buena parte de la noche se dividieron en dos grupos: Pepe hablando en los 'sofales' con una Mary Joy que parecía darle la razón en todo, hasta el punto de llegar a calificar a alguien de "ñoño", ¡qué valor!. Y del otro lado los tres restantes, que charlaban largo y tendido (nunca mejor dicho) en la cama de la piscina.
Por cierto, Mary Joy ha escrito esta semana en su blog lo siguiente:
Escuchando la conversación de los tres amigos de Pepe algunas cosas sonaban duras. Yo les vi sinceros y bienintencionados. También es verdad que aquí cada uno piensa en salvar su propio culo, antes que ninguna otra cosa. La parte más hipócrita es cuando descubren que están preocupados porque la mala imagen del bailaor les puede contagiar extendiéndose a ellos. Feo.
Por lo demás, no dijeron nada que suene extraño, aparte de parecer especialmente suave después de escuchar como Ari le llamaba intransigente, Vero le calificara como rencoroso y otros le hayan pintado de vago, cuando no de tratar mal a un animal, a quien ayer pisó un par de veces Juan mientras jugaban al pañuelo y a nadie se le ocurrió acusarle de haberlo hecho a propósito, tampoco el criador de perros le conminó a evitar pisarlo de nuevo.
Lo que decían Noemí y compañía es que no ven a Pepe conviviendo con el grupo en su conjunto salvo el grupo cerrado formado por ellos tres y un par de personas más en la casa (Sindi y Mary Joy), que se han acabado sus bromas durante las comidas y agotado su chispa. Más bien se preocupan por el hecho de que esa chispa quede reservada para ellos porque les gustaría que los demás también la vieran.
El tono de esa conversación era sincero, aunque en algunos momentos pudiera parecer crítica con su compañero. En medio de todo se apreciaban reflexiones sinceras como lo mal que lo pasarían si se marchase mañana o lo dicho por Hugo: "Si pudiera firmar, llegaría a la final con vosotros y con él". Antes, Noemí se había acercado amorosamente a Pepe y con sus manos entrelazadas se encargaba de destacar lo honesto y bondadoso que es.
Por si existiese alguna duda, también se ha expresado con cariño hacia Pepe en su blog:
No estoy seguro de que Pepe admitiera de buen grado que esos mismos comentarios se los hicieran directamente. Este también anda entrando en cierta espiral de odio, solo que en su caso parece que es capaz de tomarse todo como un juego, con bastante más sentido del humor que todos los demás. En eso tiene cierta ventaja y, en realidad, esa es su gran baza. Tal vez lo mismo dicho por otro y en otro tono tendría un poso de amargura desprovisto en su caso, creo que por ese humor con el que imprime a todo.
El momento más divertido ayer fue durante la comida. Bastaba con ver las caras de todos, evitando decir nada pero con auténticas dificultades para tragar los garbanzos con arroz, jamón y morcilla, preparados por Verónica. El plato era un enorme mazacote que parecía estar taladrando las gargantas al entrar en ellas.
En la mesa todos estuvieron amables, aunque los platos quedaron casi intactos en algunos casos. Decir incomible es poco. Más tarde, en la tirolina, criticaba Ari ese plato, tal vez olvidando lo mucho que se ofendía ella cuando era cocinera y algo no gustaba. Aunque quien hizo la definición más despiadada fue David, que dijo: "Es jodido de comer". No dijo que no estuviera bueno ni directamente que estuviera malo. Mucho peor. "Jodido de comer"... ¡Qué fuerte!.
Por mucho menos hay quien se ha marchado de Gran Hermano. Recuerdo ciertas lentejas...
Moleskine del gato
Grande Pepe decorando uno de esos cojines con la imagen de los concursantes en el 'confe', que encargan en la máquina de imprimir las fotos. Armado de esparadrapo y tijeras se encargó de poner un bozal al perro, tapar las caras de algunos (no vi bien, creo que Alessandro y alguien más) y, sobre todo, añadir el rostro de Vero, con su nombre y un corazón recortado en esparadrapo.
Aunque lo más gracioso vino cuando hacía conjeturas sobre la posible reacción de ella al verlo. Decía Pepe: "Me dirá... vete a la playa, o... Yo no como cerdo, o... Pepe no me toques". La 'risión'.
Algún día tengo que hacer el decálogo de las mentiras sobre nominaciones y nominados, lugares comunes que van enumerando semana tras semana tanto quienes lo están como los que no. Van dos dichas ayer, especialmente por los 'papafrita' y Aris, antigua santidad y complemento perfecto de los otros tres. Lo llamaría 'las mentiras sobre el nominado":
- Por descarte, el último en entrar es nominado. Véase el caso de Vero para desmentir lo anterior.
- La nominación es educativa, una enseñanza útil para el nominado. La propia Ari compartía durante un rato esta teoría, aunque como ella piensa mientras habla (y no antes) al final lo terminaba desmintiendo. Contaba como cuando en la burbuja del plató le pusieron las razones de quienes la nominaron le preguntó Mercedes si estaba de acuerdo y ella dijo que no, en lo cual se mantiene.
Otro día seguimos. Ahora dejo el cartel cinematográfico de esta semana ("Be italian...") y de la misma forma que aparecí ahora voy y desaparezco. Ya no estoy.