Todos contra los Bretón (niños desaparecidos Córdoba IV)

telecinco.es 11/06/2012 10:04

Sólo faltan unas horas para la encerrona definitiva a José Bretón. La policía custodia desde hace días el escenario que albergará el último acto contra el que algunos llaman "el monstruo de Las Quemadas" y los protagonistas ensayan el asedio con los familiares del único sospechoso de la desaparición de los pequeños Ruth y José. Todo se parece demasiado a aquella improvisada reconstrucción del día de la detención de Bretón en la que se le expuso a los medios y a los insultos de los ciudadanos de Córdoba en un acto de presión sin precedentes. El registro de hoy en Las Quemadas huele a excusa, huele a última oportunidad tras los tres anteriores fallidos. Todos contra los Bretón, todos con el único objetivo de romper las cadenas que unen a José Bretón con su familia. Si consiguen destruir el apoyo que recibe Bretón de su hermanos, la soledad del que ya no se siente querido por nadie podría empujarle a revelar su secreto.

Son todos contra Bretón, empezando por el juez instructor y sus autos contradictorios y consecutivos. Su señoría volvió a decretar el secreto de sumario el viernes 1 de junio, los abogados no podrían reaccionar hasta el lunes 4, y entonces levanta el secreto por el presunto enojo con la prensa que ya ha desvelado que la última baza contra Bretón sería el registro de hoy 11 de junio. Casualmente la medida desató el interés desmedido de los periodistas que tragaron el cebo sin rechistar. Si Bretón se siente acosado por la prensa (lo dice varias veces durante la investigación) este toque a rebato asegura que hoy no faltará una sóla cámara en la puerta de la finca de Las Quemadas. Primer objetivo cumplido.

Si Bretón consigue superar el primer obstáculo con éxito, en el interior de la finca le espera lo peor: el presunto escenario de la desaparición de los niños. Sólo en la finca Bretón ha dado muestras de debilidad, sólo allí donde los recuerdos le atenazan la garganta Bretón se ha mostrado dispuesto a hablar con los investigadores. Allí ha llorado, allí se estremece cuando se rastrea entre las cenizas de la hoguera, allí dijo según los policías, aquello de "los niños están cerca" y "éste es su santuario". La policía sigue creyendo que los niños desaparecieron en la finca tras semanas de preparación, los testigos hablan de Bretón tirando escombros en los momentos de su desaparición, y el juez habla en el auto de las sospechas de un "habitáculo" secreto en la edificación.

Es en esa finca donde el juez y los policías creen que Bretón se puede desmoronar, por eso los policías que le habrán recogido en la cárcel le presionarán durante el trayecto y se emplearán a fondo durante el registro. No tenemos la mínima duda de que mientras los especialistas de Policía Científica rastrean el terreno, los agentes de Policía Judicial harán lo mismo con la mente de Bretón. Los mismos policías que fueron la sombra de Bretón apelarán amablemente a su compasión y luego le tratarán con dureza, y el juez dirigirá toda la obra entre bastidores acompañado del jefe de la investigación. Los policías legalmente no deben preguntar a Bretón durante ese registro, pero la conversación puede surgir de forma "espontánea" durante las pausas que demande la jornada.

Lo peor para Bretón es que si toda ésta puesta en escena no tiene éxito en su estreno, la función se repetirá la veces que el director lo estime conveniente, y que desde el pimer minuto de la representación hará acto de presencia su peor enemigo. Su mujer, la madre de los niños que se evaporaron de extraña manera cuando Bretón los custodiaba. Se supone que Ruth y su hermano Estanislao acuden al registro, en una medida poco habitual, para señalar cualquier cambio en la casa o la finca que pueda desembocar en alguna pista sobre el paradero de los pequeños. ¿alquien duda de que Ruth buscará la oportunidad de mirar directamente a los ojos de Bretón para aprovechar la última oportunidad que le brinda el proceso antes del juicio? La visita de Ruth sí es el primer objetivo de éste registro. La prensa, la finca, la policía, el juez, su mujer, su cuñado...demasiada presión para José Bretón que verá como la policía rastrea por primera vez la finca por completo y en pronfundidad. Ya lo recomendaron los especialistas de científica en los albores de la investigación y también van a aprovechar su última oportunidad de desmontar hasta el último centímetro del supuesto escenario del crimen. Arrancarán con pequeñas máquinas entre las raíces de los naranjos que tanto entorpecieron las anteriores búsquedas con georadar. Un equipo de arqueólogos prestará apoyo a los investigadores. Primero se buscará al detalle y si no da resultado pasarán a mayores. Empezarán por el terreno, seguirán por la vivienda, continuarán con un sónar en la orilla del río y terminarán con los terrenos adyacentes también propiedad de la familia Bretón. Desde el aire un helicóptero buscará en la finca el rastro térmico de cualquier anomalía.

Antes de todo ésto el asedio a la familia de Bretón arrancó la semana pasada con acciones tan comprensibles como cercanas al acoso. Pegadas de carteles en sus portales, megáfonos, concentraciones, gritos y rabia ante los domicios de Catalina y Rafael Bretón con la intención de romper esas cadenas que con tanta fuerza les unen a su hermano y con él, pueden arrastrarles al fondo de todo éste agujero...Y no nos engañemos, Bretón lo sabe, analiza las noticias que le llegan y huele la encerrona desde su celda de la prisión de Alcolea. Los que le han preguntado sobre el registro que comenzará a las 17:00 de ésta tarde dicen que se muestra impertubable, que controla al máximo sus emociones cuando en realidad debería mostrarse preocupado, ilusionado o enfadado en igual medida. Su rostro esculpido en mármol sólo dejó entrever una mueca de disgusto cuando le confirmaron que en el escenario de la tragedia le espera Ruth dispuesta a lo que sea para extirparle el secreto que José esconde desde hace meses en lo más profundo de su mente.