La capital del mundo nazi: Germania

telecinco.es 09/04/2011 00:35

Adolf Hitler y sus secuaces hicieron mucho daño al mundo. Su megalomanía, sus políticas raciales que provocaron el exterminio de millones de personas y sus ansias expansionistas causantes de una guerra mundial devastadora para toda Europa, marcaron el devenir de la historia durante dos larguísimas décadas.

Tenían una visión trastornada de la vida. En el arte eran iguales. Grandilocuentes, se creían herederos de las tradiciones clásicas de Grecia y Roma, pasadas por el tamiz del esoterismo y una amalgama de referencias célticas, germánicas…muy del gusto de los que se creen elegidos para guiar la vida de los demás.

Dentro de las artes nazis, la arquitectura tenía un rango superior. Gracias a la relación cercanísima del arquitecto Albert Speer con Adolf Hitler, las políticas urbanísticas fueron muy importantes durante el régimen nacionalsocialista.

Esta locura se llamaba GERMANIA. Una nueva ciudad que Speer había diseñado junto al Furher.

Inmensos edificios neoclásicos para que Berlín fuera la envidia del mundo una vez que hubieran conquistado el mundo. Uno de esos edificios se llamaba Gran Palacio. Podía acoger hasta 180.000 personas sentadas y disponía de una cúpula 16 veces más grandes que la de la Basílica de San Pablo del Vaticano.

Para construir esta megalópolis no había que reparar en ningún coste. Además de las miles de vidas de judíos que trabajarían como esclavos en las canteras y minas para conseguir material para su construcción; Hitler había planeado desalojar a unos 200.000 berlineses para que su proyecto se llevara a cabo.

Afortunadamente, la entrada en la Guerra de Gran Bretaña acabó con este loco sueño. El material era imprescindible para la defensa civil y militar del Reich. No le sirvió para ganar la guerra.