Si crees que el Pressing Catch de los EEUU es un espectáculo único... sigue leyendo y cambiarás de opinión. Hay algo mucho mejor, también en Norteamérica: la Lucha Libre Mexicana. Su gran templo está en la capital, en el Distrito Federal y se llama Arena México.
Asistir a la lucha libre mexicana en el Arena de la capital debería estar en las guías de viajes. Bueno, mejor no. Así se mantendrá como un espectáculo que vive de la fantasía y el engaño con espíritu auténtico. Básicamente es una versión a la mexicana del archiconocido Pressing Catch, como decía más arriba, pero mejorado.
Al llegar al colíseo, en la puerta, empieza el show. Numerosos vendedores callejeros ofrecen chicharrones con limón, las Tecate bien frías, tacos al pastor... Es el momento de comprar las máscaras del luchador al que animas y tomar partido como hace el resto de público, que una vez dentro se agrupa en porras, para animar a sus luchadores.
Bulliciosoa, festivas y bravas, estas peñas se dividen entre los seguidores de los Rudos y los que "le van" a los Técnicos. Forman parte del evento de una manera tan importante, o más, que los propios luchadores. Sus gritos, cánticos, silbidos, hacen que el neófito sienta que llega un momento de subidón o que por el contrario, lo que está viendo no es más que relleno hasta que lleguen al ring los primeros espadas.
Técnico era El Santo, el gran ícono de la lucha libre mexicana desde que comenzó su carrera en los años 30 del siglo XX. Era técnico. Su gran enemigo, era Blue Demon. El mejor luchador de los Rudos. En la actualidad son sus hijos los que se pelean y mantienen el espectáculo vivo dentro del Consejo Mundial de la Lucha Libre. Místico es ahora mismo el mejor luchador. Busca seguir los pasos de El Santo y convertirse en un mito de la lucha libre.
Un espectáculo que une a familias enteras, desde abuelos a niños que conocen todas las llaves inmovilizadoras de sus ídolos; que vibran con los saltos, piruetas y caídas. Y que, dos horas después, salen como locos pensando en la próxima vez.
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PD: A finales de noviembre el hijo de El Santo estuvo en Madrid. Mi compañero, David Cacho, le entrevistó y pudo ver que las llaves maestras…son de verdad.