Durante cuatro años Europa sufrió lo que se llamó La Gran Guerra. Se quedó pequeña tres décadas después, aunque en el frente murieron más de 40 millones de personas. La confianza en el progreso era casi infantil. Tanto que en el Manifiesto fundacional del Futurismo, en 1909, Marinetti escribía:
Con ideas de este tipo no extraña que acabasen abrazando al fascismo, pocos años después.
Este domingo termina en Madrid la exposición que durante tres meses se ha celebrado en el Museo Thyssen, llamada ¡1914! La Vanguardia y la Gran Guerra.
Una exposición que dividida en trece etapas muestra el espírito prebélico de la Europa de los años diez del siglo pasado. El reflejo artístico de una sociedad y su confianza en la tecnología, la industria y el avance científico como guías del desarrollo humano. Cierto. Pero estas herramientas también servían para hacer el mal. Las máquinas, otroras generadoras de riqueza y avances sociales se transforman en "animales de guerra".
La fe ciega de las vanguardias artísticas, hacía que fueran "belicistas como insurrección" ante el mundo el que vivían.
El impacto de la guerra en estos artistas no era teórica. Muchos de ellos lucharon y participaron activamente en la contienda. Con lo que el sus obras no pudieron dejar atrás ese contacto. Muchas de ellas fueron realizadas en las trincheras. La modernidad hacia aguas. Y artistas como Ferdinand Leger, Franz Marc, Otto Dix o George Grosz , entre muchos otros, supieron verlo. ¡¡¡No te lo pierdas!!!