Y EL DILUVIO CAYÓ EN PANAMÁ

telecinco.es 02/07/2008 06:27

Colón, 1 de julio. Mientras escribía el post del lunes 30 (11. 30 de la noche en Panamá), un ruido ensordecedor me hizo abrir la ventana del hotel: llovía con una fuerza inusual, incluso para este húmedo país. Esa tromba, ya amainada, venía de arrasar el campamento de la Ruta instalado en 'Nombre de Dios'. La segunda en 24 horas, raro. "Nunca he visto llover así y soy de Santiago" explica Carlos, uno de los médicos. "Ha sido impresionante" es la definición general.

Y ver a los ruteros da una idea. Todos llevan las botas mojadas, casi todos bastante húmeda la ropa. Se les ve algo cansados: por los días de expedición (13) y porque ha sido una noche de imaginaria. La tromba caída durante más de una hora se llevó casi todo por delante. Aparecieron las ranas y se decidió evacuar a numerosos expedicionarios para que pasaran la noche en la iglesia del pueblo. También porque el vecino río creció más de un metro y por su cauce habitan caimanes. No hubo peligro para los ruteros, pero la precaución cuenta.

Con el ánimo un poco flojo han participado en una entrega de juguetes a los alumnos de un colegio situado en medio de una barriada humilde y con alto índice de delincuencia, 'La Feria', cerca de Colón, el puerto libre panameño. Ver a los niños les ha hecho olvidar la intempestiva noche, el cansancio. Y a nosotros también.

Al grupo de periodistas españoles que acompañamos a la Ruta Quetzal BBVA nos han ganado los alumnos del 'Centro Escolar San Miguel Febres Cordero', fundado por religiosos españoles de La Salle y gestionado por los maestros. En medio de un barrio pobre, destartalado, marginal, los niños y niñas de esas aulas, de uniforme, impecables han sido una delicia. Y por eso he sucumbido a la foto que, por cierto ha causado un revuelo en la clase de 4º grado, la de la señorita Eugenia Martínez.

En este centro, en el que hemos coincidido con monseñor Carlos María Arizbolea, obispo emérito de Panamá, toda una institución por su tarea en favor de los necesitados, nos hemos despedido de los ruteros por unas horas. Ellos emprenden una jornada de larga caminata por la selva hasta encontrarnos mañana en San Juan de Pequení, residencia de un grupo de indios emberá... Ese será el sitio del campamento durante tres días. Allí Jesús, el alma de las telecomunicaciones de Hispasat, tratará de hacer posible que refresquemos los blogs.

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Conviviremos con los emberá, indios que llegaron a Panamá desde Colombia y que mantienen vivas sus tradiciones hasta en su apariciencia. Viven bastante aislados en un lugar donde en esta época las lluvias son abundantes. Nos trasladamos y, aunque saltemos el post un día, contaremos la experiencia.