Nunca hubo una prima de riesgo tan alta para España desde que el euro es euro. Los mercados no cesan en su acoso. El país se tambalea y Europa se tambalea. Los resultados en Grecia crean el escenario que todos esperaban y los mercados siguen sin atender a razones. Y en medio de todo este lío económico el G-20 abre sus puertas y las reuniones de los líderes se suceden buscando respuestas y soluciones. El borrador de conclusiones empieza a tomar forma y la declaración final apunta a un respaldo del G-20 al rescate de nuestra banca. Pero señala más: ante las nuevas tensiones generadas por los mercados los miembros de la zona euro tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar la estabilidad y la integridad del área. Se trata de buscar fórmulas para romper la vinculación entre el riesgo bancario y el riesgo soberano. Aquí puede estar la clave. La unión bancaria suena cada vez con más fuerza y el verbo crecer intenta abrirse paso. Pero para crecer se necesita liquidez, esto es lo que sugiere insistentemente desde España. Liquidez y convencer a Angela Merkel de que sólo con políticas de austeridad no se llega al objetivo final. Las reformas en España continuarán. Y el Gobierno se esfuerza ahora en divulgar que España es un país solvente y los mercados no están reflejando la situación real de nuestras finanzas. Así lo ha dicho y repetido el Ministro de Economía asegurando a continuación que esos mismos mercados acabarán por darse cuenta. Por el bien de todos, que así sea.