Generación Cañizares

ISABEL ALONSO 25/03/2008 11:26

Primero fue la 'generación JASP' (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados). Les siguió la 'generación X'. Y ahora es uno de los personajes más entrañables de 'Cámera Café' la que da nombre a una nueva era: la de la 'generación Cañizares'.

Los jóvenes que se ajustan a este perfil responden a unas características muy determinadas. Para empezar, su armario se aleja de cualquier moda, no se preocupan por las tendencias. Y, por supuesto, no hay normas en lo que a combinar colores se refiere, eso sí, siempre tonos alegres, vivos, escandalosos.

Pero detrás de ese peculiar estilismo hay mucho más. Los jóvenes de la 'generación Cañizares' rondan los 30 años, pero son todo ingenuidad. Son independientes, económicamente hablando, y han abandonado la casa de mamá aunque su nómina no les permita más que una pequeño cuchitril. Escasos metros cuadrados que comparten con su mascota, un gato llamado 'Calcetines' en el caso de Maricarmen.

El amor es fundamental para los miembros de esta nueva 'tribu urbana', pero el sexo pasa a un segundo plano. En cuestiones amatorias se toman la vida con tranquilidad. Su pareja ideal no debe tener un físico espectacular, la inteligencia y la ternura priman.

En su despensa nunca faltará una lata de sardinas para 'Calcetines', al que trata como a un hijo.

La película 'Amelie' retrata su existencia. Su soñadora protagonista es su gran diva, todo un ejemplo a seguir. Son la máxima expresión del arte naïf, de la sencillez de sus líneas y la intensidad de sus colores. Es como si el pintor francés Rousseau hubiera intuido ya a nuestra 'Cañi' en sueños.

Si tuvieran que elegir un diseñador se decantarían sin duda por la alegría y el descaro de Ágatha Ruiz de la Prada. En gustos musicales Maricarmen elige la música indie y temas instrumentales de sonido oriental para relajar cuerpo y mente y alimentar el espíritu. Pero en los momentos más íntimos triunfa el romantiscismo de Jose Luis Perales, sin olvidar las bandas sonoras de las entrañables series infantiles de la década de los 80.

Su velada ideal: una noche loca jugando al parchís con su Bernardo. ¡Viva la juerga y el desfase!