El Lokomotiv, campeón de liga en 2004, sufrió un inesperado tropiezo frente al Botev Vratsa, que ocupaba el último puesto de la clasificación tras iniciar el campeonato con una sucesión de cinco derrotas consecutivas.
"Nadie está asegurado contra las derrotas, pero esta derrota es muy extraña. El juego limpio es lo más importante para mí y todos los jugadores y entrenadores se someterán a un detector de mentiras", aseveró Mareshki en declaraciones a la prensa local.