El partido entre el Inter de Milán y el Nápoles ha dejado la peor cara de la jornada de fútbol navideño en Europa. La grada del Giuseppe Meazza lanzó insultos racistas al defensa senegalés del Nápoles Kalidou Koulibaly, provocando tres avisos a los hinchas y la casi suspensión del encuentro. A pesar de esas circunstancias, que provocaron un evidente estado de nerviosismo en el jugador, el árbitro no dudó en expulsarle por doble amarilla. La segunda, por aplaudirle tras una jugada.