18 años trabajando, viuda, con dos hijas, una de ellas en paro, y para llegar a fin de mes tienen que hacer malabares. “Entro a las siete de la mañana y en la parte de atrás veo un bolso que me llamó la atención porque era de Louis Vuitton y lo cogí. Al abrirlo encuentro un taco de dinero y me asusté, me puse nerviosa y lo cerré”, asegura Palmira ahora mucho más relajada. “Lo volví a abrir y me di cuenta de que debajo de una bolsa de tela había aun más dinero. Después llamé a mi encargado. Seguridad subió con la policía y yo seguí limpiando en coche”.
Palmira cree que a quien se le olvidó “les debe de sobrar el dinero”. A la hora de encontrar la bolsa llegó un chino a recogerlo pero no dio siquiera las gracias.
Una bolsa llena de dinero no se encuentra todos los días pero Palmira se ha encontrado de todo “hasta dentaduras postizas”, reconoce entre risas.
Para Palmira, la honradez es muy importante: “Mi conciencia, mi puesto de trabajo y el dormir tranquila hace mucho”, concluye.