Ángel, el padre de Pepe, a Bea: "Voy a aconsejar a mi hijo que te lleve a los tribunales"

TELECINCO.ES 12/03/2010 11:16

Guerrera y sin pelos en la lengua, Bea la marquesa regresaba al plató de 'El programa de Ana Rosa' para enfrentarse a Ángel, el padre de Pepe, con quien ya se encontró en un local de Madrid y tuvo una conversación acerca de las declaraciones en las que insinuaba que su hijo había abierto un negocio oscuro en Madrid.

Según ha confesado la invitada, en su anterior encuentro, el padre de Pepe le retó a verse las caras en un plató de televisión. "Le dije que le iba a dar datos que le iban a cuadrar y no quiso, así que tengo que contarlo aquí", se ha justificado la invitada haciendo gala de su habitual verborrea.

Sin embargo, su intervención ha sido de lo más decepcionante. Nuevamente Bea insinuaba que Pepe era propietario de un negocio oscuro pero como ya ocurriera en su anterior visita a 'El programa de Ana Rosa' ha asegurado que no tenía la dirección. "No tengo la dirección exacta pero te digo en qué, presuntamente, este sitio está situado en la zona de Concha Espina. Son chicas de alto standing", ha señalado Bea a los colaboradores y la atenta mirada de Ángel, que esperaba fuera de plató.

El comienzo de las sospechas

Según ha desvelado Bea, sus sospechas comenzaron fuera de la casa pero que ató cabos con un comentario que formó parte de un juego cuando aún estaban dentro de la casa. "Dentro de la casa hice un comentario a Bea. La comenté que con lo mal que estasba el trabajo había que meterse a pilinguis y que iba a cobrar a 400 euros el contacto. Bea me dijo que a 700 euros y yo respondí que me haría 3 contactos diarios. Todo era en broma y Pepe que pululaba por ahí me saltó que las tarifas están de 300 a 400 euros. Lo dijo rotundamente y ahí se quedó".

Ya fuera, Bea comenzó a atar cabos tras la llamada de una persona muy allegada que le dijo que tenía un chiringuito oscuro y que un empleado de una compañía de sistemas de alarmas se lo confirmó. "Se presentó a poner una alarma en un edificio y Pepe se presentó a firmar el contrato con un socio", ha desvelado la invitada, quien ha revelado que el supuesto socio de Pepe tiene dos hamburgueserías y que cuando le comentó esto a su padre se quedó blanco y le dijo que Pepe estaba arruinado y tenía problemas para pagar la hipoteca.

La versión del padre de Pepe

Cansado de las acusaciones de Bea, el padre de Pepe salía al plató de 'El programa de Ana Rosa' dispuesto a dejar claro que en ningún momento su hijo ha regentado un negocio de este tipo y que en ningún caso su hijo está atravesando por problemas económicos. "Mi hijo no está arruinado porque el padre tiene dinero pero ha entrado en GH porque se ha comprado un loft y tiene que pagar la hipoteca", ha confesado Ángel que seguía escuchando las insinuaciones de Bea que insistía en que su hijo no era de fiar.

Cada vez más enfadado, Ángel respondía de forma contundente a la Marquesa. "Si estoy hasta por la noche de mi hijo, ¿va a tener un lupanar y no me voy a enterar?... Le voy a aconsejar a Pepe que te lleve a los tribunales. Se va a demostrar que estás mintiendo. Tienes pedigrí cero y te tengo asco", ha dicho el padre de Pepe que insistía en que su hijo no tiene ningún negocio de este tipo.

"Pepe no ha montado ningún negocio en los últimos 15 años y ningún amigo suyo tampoco. Estás mintiendo, eres absurda, indigna...", le ha dicho visiblemente enfadado.

Las acusaciones de vividor

Además de defender a su hijo, Ángel se ha mostrado muy enfadado por los adjetivos con los que Bea les ha definido tanto a su hijo como a él. Según el padre de Pepe, la palabra vividor no le ha gustado nada y ha asegurado que él no es así. "Me he prejubilado y con tus declaraciones me has perjudicado mucho, lo estoy pasando francamente mal", ha dicho el padre de Pepe,quien le ha dicho también a Bea que con él no volverá a ganar un euro.

El incidente con Inma

Tras su enfrentamiento con Ángel, Bea ha querido explicar el incidente que tuvo lugar en la furgoneta que traslada a los concursantes de 'Gran Hermano'. "A Inma le quitaron el tabaco y empezó a llamarles sinvergüenzas. Cuando llegó a la furgoneta ella iba delante y empezó conmigo: eres una arrastrada, una zorra... El palabrotón que solté se oyó mas. Bea no intervino y Raquel le dijo que había pasado de ir vestida de travesti a putón verbenero. Fue agresión, fue mucha risa y ella indignada."