Un reportero, expulsado del edificio okupa de Zaragoza: amenazas y casi vomita por el intenso olor
Unos okupas muestran el domicilio al reportero y éste casi vomita por el olor
El reportero accede a un edificio okupado: sin luz, olor intenso, paredes quemadas y puertas sin cerraduras
En el barrio de El Gancho hay un centenar de viviendas okupadas y actos vandálicos continuados
En uno de los barrios más significativos de Zaragoza se encuentra un centenar de viviendas okupadas por personas que realizan actos vandálicos y amenazan a los ciudadanos con actos violentos. 'El programa de Ana Rosa' se desplaza hasta el lugar de los hechos y accede en alguna de las viviendas.
El reportero accede a uno de los edificios okupados. El olor es "horroroso", el periodista apenas puede respirar y tiene que encender la linterna porque no hay ningún tipo de luz. Las humedades muestran las condiciones en las que viven estas personas y, lo más llamativo, en las puertas de las casas no hay ningún tipo de cerradura o pomo, pues se cierran con unas cadenas que atraviesan un agujero.
En el interior de un domicilio: el olor es insoportable
El reportero llama a la puerta de varias casas y no recibe respuesta. A medida que sube por las escaleras, se percata de que las paredes están negras debido a que "los okupas incendiaron las viviendas de la parte de arriba".
Unos okupas permiten al compañero entrar en la casa y mostrar las condiciones en las que viven. El periodista está a punto de vomitar debido al intenso olor del domicilio. Tanta es la intensidad, que empieza a toser repetidamente cuando entra en la cocina.
En ella vive una pareja con niños, la mujer confiesa ante la cámara: "Yo no trabajo, mi marido no trabaja...". Sin empleo pero con vivienda, habitan en unas condiciones lamentables y, según explica el hombre, ellos no participan en los conflictos: "Aquí nunca hay problemas, pregunta a los vecinos".
Amenazas al reportero: "¡Te vas de aquí ya!"
El periodista llama a otra puerta y habla con una de las vecinas. El reportero pregunta si ellos son okupas, a lo que le responden que 'no'. Sin embargo, pasados unos minutos, la mujer que se esconde detrás de la puerta reconoce que ese domicilio no es suyo y vive como okupa.
Finalmente, se empiezan a escuchar voces amenazadoras en el portal: "¡Voy a llamar a la policía! ¡Vete de aquí!". Luego, el ambiente se empieza a caldear y los residentes empiezan a pedir con mucho nerviosismo y violencia al periodista que se marche: "¡Te vas de aquí ya! ¡Te vas! ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?".