Nadie sabía qué había debajo de lo que parecía un dado sin números y con patas y que saltaba sin parar. Tras la actuación nació de él Lady Jenny calificando su actuación como un “número acrobático y visual”, pero no convención y salvo Paz, todos le dieron su ‘no’. The Singing Robot no corrió mejor suerte: su actuación era lo que su nombre indicaba, un robot que canta, pero claro, de aquella manera. Tal y como vino de Inglaterra se marchó, eso sí con los cuatro ‘no’ del jurado…