Menudo jarro de agua fría. Lo que iba a ser una reunión rutinaria con el gerente del hospital se ha convertido en una auténtica pesadilla. El equipo médico del Central ha recibido la peor noticia: el hospital deberá cerrar por falta de presupuesto. Nadie se lo esperaba y para todos ha sido un disgusto.
Los trabajadores de plantilla serán trasladados al Hospital Provincial, que se convertirá en el único y capaz centro sanitario de la zona; el resto, como Valeria, que acababa de incorporarse de nuevo a su puesto, serán despedidos. Ya que Javier dimitó como director para encontrarse a sí mismo, será Vilches quién se pondrá al frente del centro hasta que llegue el momento del cierre. Sin embargo, desde la sombra Javier hará todo lo posible para demostrar que su hospital es rentable: en sus manos tiene documentos que tachaban de 'excelente' la gestión del Central y le avalan los números. Vilches lo tiene muy claro: "Este hospital me ha hecho como soy y le debo no tirar la toalla. Aún no está todo perdido".