Acusados por hacer pasar hambre a su bebé porque no querían que engordara

Christopher y María Sultze, de Appleton tuvieron una hija en julio del pasado año. Quince meses después, la niña solo pesa cinco kilogramos, según refiere el expediente penal del caso.

Un médico aseguró que la pequeña debía de pesar el doble, según las tablas de correspondencia, peso, edad de las autoridades sanitarias estadounidenses.

Otro informe médico señaló que la bebé no tenía grasa subcutánea en su cuerpo o que literalmente se estaba muriendo de hambre, según publica el periódico online 'NYdaily'.

"Tengo serias reservas acerca de si hay alguna actividad delictiva o de las intenciones de los padres", explicó el abogado defensor de la pareja, Brandt Swardenski.

"Este es un caso en el que debemos reservar las opiniones hasta que tengamos más detalles sobre lo que ocurrió exactamente."

Los médicos comenzaron a sospechar en noviembre del 2010 que algo raro ocurría, porque en las revisiones periódicas la bebé no aumentaba de peso y tenía retrasos en el crecimiento.

Pasaron los meses sin mejorías y todas las pruebas de posibles problemas de salud resultaron negativas por lo que el pasado mes de agosto decidieron hospitalizarla para una revisión más profunda.

El primer día de hospitalización la niña ganó 222 gramos y un trabajador social asignado a la familia aseguró que los padres de la pequeña estaban molestos por las recomendaciones de alimentarla con más calorías. Además mostraron su intención llevársela de regreso a casa, a pesar del consejo de los médicos.

El padre de la bebé, Christopher Sultze, dijo a uno de los médicos que no quería tener hijos obesos e insistió en que la niña iba a engordar si permanecía en el hospital.

La madre, por su parte, tiene antecedente de maltrato infantil, por morder a otro de sus tres hijos, de cuatro años de edad, aunque la acusación fue desestimada, porque la mujer explicó que era un método para darle una lección educativa, aunque admitió que no era una manera correcta.

Christopher y María Sultze enfrentan una pena de un año de cárcel si son considerados culpables de delito grave de negligencia infantil.