La cultura del vino
MAY GAÑÁN
16/04/201111:21 h.Hasta allí nos vamos. Piezas arqueológicas de épocas romana y egipcia, comparten espacio con prensas de uvas del siglo XIX y antiguos lagares de madera. También se puede ver la elaboración de un barril y el proceso que sigue el vino dentro de la barrica. Junto a todo eso, colecciones de esculturas, marfiles y cuadros sobre el vino, algunos de Sorolla y Picasso. Junto a colecciones más curiosas de sacacorchos, con ejemplares ingleses del siglo XVIII.
El Museo se alza entre los viñedos de Dinastía Vivanco. Una familia que lleva cuatro generaciones viviendo del vino y que, como nos cuenta Santiago Vivanco ha querido con este museo devolver al vino lo que éste les ha dado. Su bodega envejece sus vinos en una planta octogonal de cruz latina que sutilmente nos recuerda que estamos en un auténtico templo. Su Enólogo, Rafael Vivanco trabaja por sacar a la luz el valor de otros tipos de uva menos conocidos de la Rioja, con los que está elaborando unos caldos de colección que aúnan cuatro variedades: Maturana tinta, graciano, mazuelo y garnacha.
El viaje por la Rioja no puede pasar sin detenerse en una sesión de vinoterapia. En la Hospedería del Señorío de Casalarreina, que forma parte del Monasterio del siglo XVI en el que aún viven monjas dominicas de clausura, los masajes exfoliantes con pepitas de uva se dan en el baño de las habitaciones. Con suerte, frente a un ventanal que da a la entrada del propio monasterio. Con música relajante y una copa de vino, la experiencia termina dentro de un jacuzzi.
Y si se trata de disfrutar de las bodegas sin preocuparse por el coche, un autobús organiza expediciones desde Logroño. Va parando en diferentes bodegas para terminar en la zona de pinchos. Nos subimos a un autobús que va a Haro. En el barrio de la estación, cuna de alguno de los vinos más conocidos de la Rioja, está la bodega de Roda. No es la más antigua pero combina modernidad con tradición. Su recorrido termina en un mirador natural frente al río Ebro. La antesala perfecta para la cata. Después de degustar sus caldos el recorrido continúa entre copas.