Javier Krahe lleva sus poemas cantados al Teatro Zorrilla el próximo viernes

En diciembre de 2013 se publicó el último disco de Javier Krahe, 'Las diez de últimas'. Junto a sus inseparables Andreas Prittwitz (flautas y saxos), Javier López de Guereña (guitarra) y Fernando Anguita (contrabajo), Krahe ha dado forma a diez nuevas canciones mucho más intimistas que en anteriores ocasiones.

Aunque Krahe recurre en este disco a la mujer, el amor y el desamor como principales referencias, no abandona su habitual tono poético, cáustico e irónico que ha marcado toda su discografía desde aquellos ya lejanos 'Valle de lágrimas' y 'La Mandrágora', de principios de los años ochenta.

Declaraciones de intenciones ya clásicas del cantautor se dejan traslucir en los textos de las canciones que componen el disco: "El Señor no es mi pastor, yo no soy un borrego. Me alejé de toda fe, ¿sabéis por qué? por ser un mujeriego", confiesa Krahe en el tema que lleva por título 'Fuera de la grey'.

"¿Qué nos traerá el futuro? Anuncia desolación, desolación y pan duro", augura en 'Décimas con aguarrás', mientras que en 'Tombuctú' se lamenta: "Y aquí estoy en Estocolmo, donde es pedir calor pedirle peras al olmo o a tu desamor amor".

Y en 'Agua de la fuente' nos cuenta: "Y, en esto, una chica, probando que aún vivo, puso ante mis ojos su rubio atractivo, clara la sonrisa, sagaz la mirada me tiró tres besos, como enamorada, y me dijo: prenda, ¿qué haces por aquí?"

BIOGRAFÍA

Javier Krahe (Madrid, 1944) empieza a escribir sus primeras canciones en 1967, siendo George Brassens y Leonard Cohen dos de los autores que más marcan su cultura musical. Años después actúa en 'La Aurora' junto a Chicho Sánchez Ferlosio, donde conoce a Joaquín Sabina.

Krahe fue, junto a Sabina y Alberto Pérez, uno de los artistas de referencia en la renovación de la canción de autor tras el franquismo. Hablamos, por supuesto, de los tiempos de 'La Mandrágora'. Aún hoy sigue vigente el éxito que en su día supuso este álbum que los tres cantautores publicaron juntos en 1981.

Desde entonces, Krahe no ha dejado de actuar en salas, teatros y cafés y las letras de sus canciones siguen siendo reivindicadas por diferentes generaciones. En la actualidad continúa grabando discos y haciendo directos en los que comparte con sus seguidores su mirada divertida, ácida y crítica con muchísimo éxito.

Sigue siendo un autor de referencia tanto para artistas como para los incondicionales de la canción de autor, destacando siempre por conseguir una suerte de calidad difícilmente igualable basada en el humor, la crítica y la profundidad en sus letras, que han llegado a ser incluso objeto de estudio de filólogos como el insigne Miguel Tomás-Valiente.