Josep Pons asegura que hay que sacar a la orquesta del foso y subirla al escenario

En una entrevista con Efe, el próximo director del Liceo de Barcelona, a partir de 2012, ha explicado que uno de los cambios que prevé introducir en la programación del teatro de la Rambla es una mayor presencia de conciertos sinfónicos ofrecidos por la misma orquesta que interpretará las dos grandes óperas que podrán verse durante el año.

"Es vital para darles moral a los músicos. Además, ayudará a que las óperas salgan más pulidas y la orquesta toque mejor", sostiene el director, que el jueves dio una charla en el Instituto Cervantes en Londres y hoy dirige en el Barbican Hall a la sinfónica de la BBC en un concierto en el que se escucharán piezas de Ginastera, Piazzolla y Falla con los solistas Javier Perianes al piano y Pablo Mainetti al bandoneón.

Pons reconoce que la crisis económica ha afectado al mundo de la cultura en forma de recortes drásticos, tanto de los patrocinadores privados como por parte de las administraciones, -"mucha gente se ha quedado sin trabajo y hay que ayudarles", señala-, aunque asegura que la música clásica continúa gozando de "buena salud".

"En España todavía no ha cerrado ninguna orquesta, pese a que la crisis ha sido mucho más fuerte, algo que sí ha ocurrido en países como Holanda o Alemania", indica el director de la OCNE, que se muestra optimista respecto al futuro de la "industria" de la música clásica.

"La ópera vende. Es un fenómeno curioso que se está dando en estos momentos", ha resaltado Pons, que ve con buenos ojos los nuevos formatos con los ya experimentan el Liceo y otros teatros del mundo, como las retransmisiones de conciertos en salas de cine, "que siempre están llenas", subraya.

En ese sentido, el director admite que son necesarias nuevas fórmulas para atraer al público a los conciertos, en especial a los espectadores más jóvenes, quienes son más difíciles captar con los formatos tradicionales.

"El modelo de abono no funciona con la gente joven, por una cuestión de dinero y también porque no tienen tradición de comprar una entrada para doce o veinte conciertos, se organizan la vida según espacios de tiempo más cortos", señala Pons.

El futuro director del Liceo reconoce que le gustaría que asistieran más jóvenes a los conciertos, aunque puntualiza que la música clásica suele dirigirse a "la franja alta de la población", y que el relevo generacional se produce cuando "a cierta edad la gente que iba a la discoteca opta por algo más relajado".

En cuanto al mercado laboral de la música en España, Pons considera que ha alcanzado una madurez "inimaginable" hace tan sólo unas décadas, debido a que existen muchas orquestas que pueden absorber a los profesionales -"aunque se han reducido los conciertos por la crisis", puntualiza- y a la gran cantidad de escuelas que demandan profesores especializados.

"Ahora es normal que en cada pueblo, por pequeño que sea, haya una escuela de música", argumenta el director, según el cual es un fenómeno que permite formar a muchos más músicos, al mismo tiempo que amplía drásticamente la oferta laboral.