Un taller abierto exhibe una restauración de murales de Portinari para la ONU

Los trabajos de restauración fueron presentados hoy a periodistas por la Fundación Portinari, que trasladó los paneles desde Nueva York y es responsable por su actual exposición fuera de la ONU.

Los murales que forman el trabajo de Portinari (1903-1962) fueron un encargo que el Gobierno brasileño le hizo en 1952 al pintor para ser regalados a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, donde han permanecido desde 1957 sin ser exhibidas al público por razones de seguridad.

Esta iniciativa pretende que los brasileños que se acerquen al Palacio de Gustavo Capanema, antigua sede del Ministerio de Educación y en el que se ha habilitado el taller abierto, conozcan de primera mano cómo se restaura una obra artística.

Hasta el próximo 20 de mayo los paneles serán sometidos a un proceso de limpieza en seco con esponjas combinado con el empleo de innovaciones tecnológicas de artes plásticas, dijo a Efe Claudio Valerio Teixeira, uno de los coordinadores de la restauración.

"Las pinturas, en términos generales, se encuentran en buen estado, pero se hará una limpieza en seco utilizando esponjas porque es la técnica que ofrece menos riesgos", explicó Teixeira.

Para desarrollar este proceso, inédito en Brasil, será necesario una gran dosis de meticulosidad y celo, bajo el aforismo artístico de que en toda restauración se precisa "una combinación de ciencia y paciencia".

Antes de su paso por el taller, los paneles del genial artista se exhibieron en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, escenario en el que Portinari presentó su trabajo por primera vez en 1956 antes de su traslado a un vestíbulo del edificio de la Asamblea General de la ONU.

Una vez concluyan los trabajos de restauración y antes de su regreso a Nueva York, el conjunto de murales serán trasladados a las ciudades de brasileñas de Sao Paulo y Brasilia para su exposición.

En caso de obtener la financiación necesaria, la Fundación Portinari estudia exponer la obra del pintor, considerado como uno de los principales artistas de Brasil en el siglo XX, en ciudades europeas como París y Roma.

Teixeira también manifestó su deseo de que los paneles "Guerra y Paz" viajen a Uruguay, país en el que Portinari se exilió cuando era perseguido en Brasil por su militancia como comunista, motivo por el que nunca pudo visitar su obra en Nueva York.