Un sondeo permite hallar por Vilafranca (Castellón) restos de utensilios de cazadores de hace 7.000 años

Profesores de las universidades de València y Barcelona están coordinando un sondeo arqueológico en un yacimiento descrito por el profesor Ferran Arasa hace más de 20 años en el entorno de Vilafranca (Castellón), en el que se han hallado restos de utensilios de cazadores y recolectores que se remontan a hace 7.000 años.

Durante dos semanas los arqueólogos han investigado si en el yacimiento se refleja que ha habido una ocupación de los últimos cazadores y recolectores que habitaron esta zona del interior de Castellón. En el lugar ya se habían localizado piezas de silex y piedra tallada. El Ayuntamiento de Vilafranca ha colaborado en estas excavaciones para facilitar el trabajo de los arqueólogos.

Hasta la fecha los arqueólogos han localizado dos niveles diferentes. En la parte superior se encuentran restos de cerámicas de los primeros agricultores que poblaron la zona. En un segundo nivel, bajo unas grandes losas, parece existir un nivel anterior, correspondiente a recolectores y cazadores del periodo epipaleolítico.

Se trata de una zona que era utilizada como paso para un grupo reducido de personas. Según el estudio de los arqueólogos, se trata de una zona de paso que continúa siéndolo en la actualidad. No obstante, estaba poco resguardada y se plantea la posibilidad de que los cazadores y recolectores utilizasen pieles y ramas para construir algunas cabañas. Además de zona de paso humana hacia el interior o la costa, también lo era para los animales y, por tanto, podría ser un punto estratégico de caza.

Las excavaciones se desarrollan por espacio de un mes. El objetivo es bajar lo máximo posible. Mediante punzón y pincel se descenderá entre 50 y 60 centímetros con el fin de llegar a la Roca Madre. El objetivo es desarrollar nuevas campañas de excavación.

La campaña la están llevando a cabo cinco profesionales: dos profesores de las universidades de València y Barcelona, que cuentan con la colaboración de estudiantes de masters en arqueología de Oviedo, Castelló y Salamanca. Los restos hallados corresponden a una época de hace 7.000 años, periodo en el que no se conocían los metales ni se trabajaba con ellos.