Un desalojo desde dentro

"Seis familias quedaron en la calle, ahora se han tenido que marchar a casas de familiares" se lamenta uno de los pocos vecinos que aún quedan. Ellos se preparan para lo peor y se atrincheran en casa. A la espera de que la pala de la excavadora 'llame' a su puerta, ellos se lamentan: "Nosotros llevamos viviendo aquí muchos años, ya tenemos unos derechos. No queremos un piso de alquiler por un año como nos ofrecen, lo que queremos es algo parecido a lo que dejamos aquí".

Fue el pasado día 28 cuando fueron los propios vecinos quieren impidieron que se llevara a cabo el desalojo. Algunos lo recuerdan como una auténtica batalla campal: "Utilizamos todos los coches, furgonetas y camiones para taponar la entrada. De repente aparecieron hasta los GEOS y embistieron contra los gitanos mayores, lo que encendió mucho los ánimos porque para ellos las personas mayores son sagradas". Hoy la pesadilla ha vuelto a repetirse en forma de visita policial. De poco les ha servido la resistencia. En pocas horas, tres de las diez casas que aún quedaban se han visto reducidas a escombros.

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