El negocio de la Champions: Colchones a precios astronómicos para dormir en Madrid

Nueve años después y a escasos días de la final de la Champions, Madrid ya ha empezado a prepararse para acoger a cientos de aficionados del Liverpool y del Tottenham. La seguridad es absoluta. El evento este año cambiará el Bernabéu por el Wanda y ya ha empezado a traer a no pocos seguidores a la capital española. Según los datos que maneja el comparador de seguros Acierto.com, se prevé la llegada de unos 70.000 hinchas ingleses; unos futboleros que se dejarán por el camino hasta 125 millones de euros entre entradas, alimentación, bebida, fiestas por doquier y otras actividades de ocio que se alargarán durante toda la semana.

La ocupación hotelera ya roza el 95%. La demanda ha disparado los precios y el importe medio de una habitación para el 1 de junio es de 300 euros. Y sigue en aumento. Es por eso que el alquiler de apartamentos se ha convertido en una alternativa. No obstante, encontramos viviendas por más de 7.000 euros en los alrededores del estadio, y hasta particulares que ofrecen sus "colchones" por precios astronómicos. En estos momentos se pueden llegar a pagar cifras cercanas a los 3.000 euros por noche en un hotel céntrico, 421 euros por un hostal de una estrella o 180 euros por una cama en una habitación compartida con cinco personas. No obstante, llega a haber viviendas alquiladas por más de 7.000 euros en los alrededores del estadio, y hasta particulares que ofrecen sus habitaciones "por precios astronómicos".

Además, hay que considerar que el perfil de inquilino no parece -a priori y en términos generales- el más idóneo, pues esta celebración deportiva suele congregar a un target joven y venir acompañada de un consumo excesivo de alcohol, entre otros. Otra de las razones por las que aumenta el precio.

En el caso de Airbnb, por ejemplo, la propia compañía ofrece una garantía para anfitriones y un seguro que cubre los daños causados por los huéspedes y también la responsabilidad civil. Si lo alquilamos por nuestra cuenta, deberemos informar de que empleamos la vivienda para alquileres vacacionales. Muchas aseguradoras ofrecen pólizas exclusivas para este tipo de actividad.

Sin embargo, no todos los futboleros vendrán con entrada para el partido -solo unos 40.000-, con los peligros que eso implica. De hecho y a pesar del impacto en el sector servicios, muchos hoteleros están preocupados por el movimiento hooligan. Tal es el miedo, que algunos negocios -especialmente aquellos que se encuentran entre la zona de Colón y Goya- cerrarán durante el día de la final para ahorrarse percances. La mayoría de los que lo harán tomarán precauciones como consecuencia de malas experiencias pasadas. Los que sí se mantendrán abiertos reforzarán las medidas correspondientes a garantizar la seguridad de la clientela y de las instalaciones.

Desde la Asociación Nacional de Ticketing (ANATIC) advierten precauciones ante este tipo de eventos en la compra/venta de entradas y en los posibles problemas que pueda haber con las entradas ya adquiridas. Esta asociación ha detectado que en las últimas semanas los precios de las entradas para acudir al evento han subido estrepitosamente, y además, la disponibilidad cada vez es más escasa. Fuentes cercanas a la asociación desvelan que está habiendo comportamientos poco éticos en el sector: falsificación, estafa y sobre-venta. A pesar de la gran labor de los profesionales del mercado secundario profesional que evita que haya mercado negro de entradas, estafas, fraude y falsificaciones, se siguen produciendo estos delitos debido a la venta a través de redes sociales, páginas de anuncios libres, plataformas irresponsables.....

La realidad es que existe una falta de control en redes sociales, páginas de anuncios libres y webs de reventa: como suele pasar en eventos tan grandes, internet se llena de anuncios con “boli” de regalo y estafa añadida. Además en esta ocasión algunas webs de reventa no están verificando que, antes de poder anunciar entradas, se posean las mismas. Los expertos consideran que falta de un registro nacional de operadores de mercado secundario es un problema. Ponen encima de la mesa esta necesidad ya que en casi todos los sectores es necesario estar acreditado o certificado para poder operar. Es la otra cara de la fiesta del fútbol.