Bruselas se reserva el derecho de veto frente a los Gobiernos en el plan de inversión

La Comisión Europea ha presentado este martes la propuesta legislativa para crear el nuevo Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (EFSI, por sus siglas en inglés), con el que pretende movilizar 315.000 millones de euros entre 2015 y 2017 para reactivar la economía de la UE. Bruselas se reserva el derecho de veto frente a los Gobiernos en la toma de decisiones para fijar las directrices de inversión y los criterios de selección de los proyectos que se financiarán.

El Ejecutivo comunitario ha confirmado además que las aportaciones de capital de los Estados miembros a este Fondo no se contabilizarán a la hora de definir el ajuste fiscal tanto en la parte preventiva como en la correctiva del Pacto de Estabilidad. "Esta interpretación quiere ser una incitación potente para animar a los Estados miembros a invertir en el nuevo Fondo y sostener así la inversión y la recuperación económica. Los Estados miembros no podrán usar la excusa de las reglas demasiado estrictas del Pacto para no invertir", ha dicho el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha pedido a los Estados miembros que contribuyan para aumentar la potencia del Fondo por encima incluso de los 315.000 millones de euros. Pero en la última cumbre de diciembre, los líderes europeos evitaron comprometerse a la espera de conocer cómo tratará Bruselas en el déficit las aportaciones de capital y cómo se tomarán las decisiones.

De acuerdo con la propuesta de la Comisión, el Fondo tendrá una estructura de gobernanza en dos niveles. En primer lugar, habrá un Comité de Dirección en el que estarán representados los accionistas del EFSI y que será el responsable de definir el perfil de riesgo y las directrices de inversión y los criterios detallados para la selección de proyectos".

De momento, la Comisión y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) son los únicos contribuyentes de los 21.000 millones de dinero público con los que cuenta inicialmente el Fondo, así que el número de miembros y votos se repartirá basándose en el tamaño de las respectivas contribuciones y todas las decisiones se adoptarán por consenso.

Los Estados miembros que decidan aportar capital lograrán asientos y votos en este Comité de Dirección proporcionales al tamaño de su contribución, lo que les permitirá influir en la definición de las directrices de inversión, pero no intervenir en las decisiones de inversión individuales.

Cuando entren los Gobiernos en el Comité de Dirección, las decisiones pasarán a adoptarse por mayoría simple si no se logra el consenso. No obstante, no podrá aprobarse ninguna decisión si la Comisión o el BEI votan en contra.

En el segundo nivel estará el Comité de Inversión, cuya responsabilidad será examinar los proyectos concretos y decidir cuáles reciben financiación del Fondo, sin ningún tipo de cuota geográfica o sectorial. Este comité estará formado por seis expertos independientes y un director gerente. El director gerente y su número dos serán elegidos por el comité de dirección a propuesta de la Comisión y del BEI.

Los jefes de Estado y de Gobierno han pedido a sus ministros y a la Eurocámara que lleguen a un acuerdo sobre este Fondo antes de junio, con el fin de que esté operativo ya a mediados de 2015.